Crisis de agua empeora en Arraiján; Residentes viven condenados al agua de lluvia
Con más de 200 mil habitantes y un crecimiento descontrolado de proyectos inmobiliarios en los últimos años, el distrito de Arraiján vive una de sus peores crisis de suministro de agua, una situación que ha llevado a decenas de comunidades a vivir condenados a los tanques de recolección, a la "suerte" de los camiones cisternas y en el peor de los casos, a la providencia de las lluvias para obtener el vital líquido.
Comunidades como Vista Bella en Arraiján cabecera ya no aguantan más la pesadilla en la que se ha convertido la vida diaria en este sector, pues aseguran que pasan semanas sin recibir el suministro de agua potable a través de las tuberías y que cuando pasa el camión cisterna deben cruzar los dedos para que no se acabe antes de que llegue a sus residencias. La situación se ha ido agravando con los meses hasta el punto en que la lluvia se ha convertido en el único remedio para tener agua en sus casas. Así como ellos, este mismo escenario se repite en muchos otros residenciales de Panamá Oeste.
Y es que la calidad de vida de quienes viven en las periferias de la ciudad capital se ha visto desmejorada con los años ya sea por el mal servicio del transporte público o por la odisea de recoger agua, pues hay personas que se ven obligadas a trasnocharse por largas horas esperando que llegue el suministro hídrico para abastecer sus tanques.
A pesar que las denuncias por falta de agua son "el pan de todos los días", y que han tocado la puerta de todas las autoridades del distrito, las soluciones parecen no llegar y en vez de mejorar, la situación empeora cada vez más. Vecinos de Vista Bella, por ejemplo, afirman que deben caminar por más de 20 minutos hasta hacia un ojo de agua o alguna quebrada para cubrir sus necesidades.
Confiesan que han llegado al punto de aprovechar el agua de lluvia para poder bañarse, lavar los trastos de la cocina y la ropa, e incluso hasta para cocinar, una situación que además, ha encarecido el costo de la vida debido a que ahora deben comprar agua embotellada.
Por enésima vez, estos residentes hacen un llamado agónico a las autoridades para que de una buena vez encuentren una solución viable a un problema que se agrava cada día más.