Mariano Rivera inaugura el estadio de béisbol que lleva su nombre en La Chorrera

Panamá/La leyenda del béisbol panameño Mariano Rivera estuvo presente en el corte de cinta del nuevo estadio de béisbol que lleva su nombre ubicado en La Chorrera.

Para Mariano Rivera fue un privilegio estar en Panamá agradeció a todas las personas que estuvieron presentes, entre ellos el presidente de la República Laurentino Cortizo, el vicepresidente José Gabriel Carrizo, toda su familia y principalmente a Dios.

Este estadio tiene capacidad para 10 mil aficionados cumple con las medidas y normativas del Major League Baseball.

Mariano Rivera, el legendario lanzador panameño, es ampliamente reconocido como uno de los mejores cerradores en la historia del béisbol de las Grandes Ligas. Nacido el 29 de noviembre de 1969 en Puerto Caimito, Panamá, Rivera tuvo una trayectoria que dejó una huella imborrable en el deporte y elevó el nombre de su país en el ámbito internacional.

Rivera firmó con los New York Yankees en 1990, comenzando su carrera en las ligas menores antes de debutar en las Grandes Ligas en 1995. Su dominio en el montículo se hizo evidente rápidamente, gracias a su característico lanzamiento de cortador, que se convirtió en su arma más letal. A lo largo de su carrera de 19 años con los Yankees, Rivera acumuló numerosos récords y honores.

Rivera se convirtió en el líder histórico de salvamentos en las Grandes Ligas con un total de 652, un récord que aún se mantiene. Ganó cinco Series Mundiales con los Yankees y fue seleccionado 13 veces para el Juego de Estrellas. Su desempeño en la postemporada es especialmente notable, con una efectividad de 0.70 en 96 apariciones, lo que lo convierte en uno de los jugadores más confiables en situaciones de alta presión.

La carrera de Rivera culminó con su inclusión en el Salón de la Fama del Béisbol en 2019, siendo el primer jugador en ser elegido de manera unánime. Este logro subraya no solo su talento excepcional, sino también su integridad y espíritu deportivo. Mariano Rivera no solo llevó a Panamá a la cima del béisbol mundial, sino que también se convirtió en un ícono del deporte, inspirando a generaciones de jugadores y fanáticos alrededor del mundo. Su legado perdura como un testimonio de dedicación, habilidad y el orgullo de representar a su país con excelencia.