Recuerdos de Eliminatorias de Panamá
En exactamente una semana, siete días, menos de 200 horas, Panamá debutará en una copa del mundo.
Recuerdos de Eliminatorias de Panamá
Mi Primer Partido
Por: Jaime Heilbron
Cuando era un niño, ver a Panamá en un mundial parecía ser simplemente un sueño, lejos de hacerse realidad, pero aquí estamos en 2018 y un mundial, dos décadas después de que inició mi relación de amor y desamor, de decepción y alegría con la selección, una verdadera montaña rusa de emociones a lo largo de 22 años.
Como tributo decidí hacer una cuenta regresiva a nuestro debut mundialista, recordando, en orden cronológico siete partidos de eliminatoria a los cuales asistí a lo largo de estos años. El primer elegido no podría ser otro: el primero de todos, contra Cuba, el 22 de septiembre de 1996.
El primer partido de Panamá que presencié fue por televisión unos meses antes, una victoria por 4-1 frente a Belice en junio. Este partido contra Cuba, sin embargo, en el que Panamá fue técnicamente visitante en Rommel Fernández, ya que por razones que desconozco Cuba no jugó de local en la isla, fue mi primera visita al estadio. Me acuerdo de haberlo vuelto loco a mi papá por varias semanas, insistiéndole en que quería ir al partido. Él, como siempre, estaba feliz de llevarme y compartir este momento conmigo, así que por suerte no tuve que convencerlo mucho. Panamá y Cuba compartían grupo con Canadá y El Salvador, y ambos llegaban urgidos de ganar. Cuba había perdido 5-0 contra El Salvador en San Salvador y Panamá había caído por 3-1 contra Canadá en Edmonton.
Lo primero que recuerdo al entrar al estadio es los asientos y el campo de juego. Los asientos eran en su gran mayoría de cemento y no tenían respaldar. Por otro lado, el campo de juego estaba lleno de huecos y desnivelado por todas. No hace falta decir que el Rommel Fernández de la década de los 1990 era algo totalmente diferente a lo que es hoy en día, y recuerdo que cuando lo remodelaron y lo mejoraron, en especial el campo de juego, me pesó un poco el alma, ya que creí que de esa forma se iba la “ventaja” que teníamos sobre nuestros rivales, al no estar ellos acostumbrados a las condiciones del campo.
El partido en sí, no fue el mejor. Panamá perdió 3-1 contra Cuba con Jorge Dely Valdés marcando el empate transitorio. Lo primero que hizo mi papá apenas entraron los equipos a la cancha fue señalarme a los gemelos Dely Valdés, dos ídolos consagrados de la selección, oriundos de Colón como mi papá y la máxima esperanza para anotar gol de Panamá, un tema recurrente durante mi primera década siguiendo a la selección.
El resto de la eliminatoria fue levemente mejor para Panamá y pude asistir a dos partidos más: un 0-0 contra Canadá y un 1-1 frente a El Salvador, ambos de local. El último partido, contra Cuba, nuevamente de local lo vi por la televisión por razones que no recuerdo. Canadá y El Salvador ganaron el grupo y yo me fui de esa ronda eliminatoria convencido de que Canadá tenía un equipazo y que iba a destrozar a todos sus rivales en la Hexagonal final y llegar lejos en el Mundial. Al fin y al cabo Canadá fue el peor de la Hexagonal, terminando último y ganando un solo partido. Como se puede ver, tenía una gran imaginación de niño.