Panamá, del infierno a la gloria, según Julio César Dely Valdés
Las seis etapas trascendentales en la historia del futbol panameño. Un viaje del infierno a la gloria.
Sonó el silbatazo final y el estadio Rommel Fernández fue invadido por jugadores, cuerpo técnico y aficionados. Por fin, después de tantos intentos, todos los panameños podían gritar a pleno pulmón: “¡estamos en el Mundial!”.
Bueno, todos no. A la distancia, uno lo celebraba con el mismo entusiasmo, pero en silencio. Julio César Dely Valdés, el mejor futbolista en la historia del país, quien, como técnico, se quedó a minutos de saborear la gloria en 2013.
Semanas después de aquella explosión de alegría, Dely Valdés comparte con FIFA.com las que, según él, han sido las seis etapas trascendentales en la historia del futbol panameño. Un viaje del infierno a la gloria.
Los inicios
“Cuando yo empecé el fútbol panameño no era profesional. Era el tercer o cuarto deporte del país. Por delante, siempre estaban el béisbol, el baloncesto y el boxeo. Yo ni siquiera arranqué mi carrera profesional en el país, sino en Uruguay. Mi hermano había ganado una beca para jugar en Argentina e hizo carrera ahí, en Argentinos Juniors. Él me mandó a buscar y tras un paso por la cuarta división argentina, en 1989 pasé a Nacional de Montevideo. Tenía 22 años”.
Consagración en Europa, esfuerzo en casa
“Después de cuatro años y medio en Uruguay voy a Italia, al Genoa y al Cagliari. Ahí me empezaron a seguir en el país. Después jugué en Francia (PSG) y en España (Oviedo y Málaga) y junto con otros pocos futbolistas que estábamos en el extranjero, éramos los representantes de Panamá en Europa, y creo que con nuestro juego ayudamos al futuro del fútbol de nuestro país en ese entonces”.
El Mundial, un sueño lejano
“En aquellos tiempos, ir a una Copa del Mundo para nada se veía tan cerca como ahora, pero igual estábamos ilusionados. Éramos tres o cuatro los que jugábamos fuera de Panamá: mi hermano Jorge, dos o tres en El Salvador, otro en México… Apenas empezábamos a asomar un poco la cabeza fuera del país. Finalmente, cuando en 2006 logramos llegar a un Hexagonal, Jorge y yo decidimos retirarnos de la selección. Sentimos que era el momento, y aunque al equipo no le fue muy bien, ahí se empezaron a sembrar las semillas”.
Brasil 2014, el corazón roto
"Nunca estuvimos más cerca de la calificación. Teníamos que ganar a Estados Unidos en casa para ir al repechaje y se nos fue el partido en los últimos minutos. Yo era el entrenador y mi hermano mi asistente técnico. Fue muy duro, estuvimos tan cerca y al mismo tiempo muy lejos de conseguir algo único. Al final de ese torneo decidimos dar un paso al costado porque queríamos buscar algo distinto, pero al proceso se le dio continuidad con Hernán Darío Gómez y la misma base de jugadores”.
El delirio, al fin
“Antes del partido contra Costa Rica de octubre pasado, estaba con mucha ansiedad. Cuando marcó el gol Román Torres me di cuenta que había llegado el momento, que esta vez no se nos iba a escapar. Lástima que no lo pude gritar porque era de madrugada y se iban a acordar de mí los vecinos (risas). ¡Por fin habíamos alcanzado lo que siempre soñamos! Y ahí es cuando miras hacia atrás y te das cuenta que todo lo que has pasado y lo que has vivido, ha valido la pena”.
Rusia y un futuro prometedor
“Debemos tener una buena preparación. Esa es la clave en un torneo grande. Los jugadores deben llegar de la mejor forma, física y mentalmente, pero lo más importante es que todos los panameños debemos disfrutar porque es la primera vez. Estaremos felices de escuchar nuestro himno en el campeonato del mundo. Hoy, el fútbol es el deporte que más se practica en el país, sin duda. La gente se ha apasionado mucho, juegan el Barça y el Madrid y ves camisetas por todos lados. Pero a nivel local falta profesionalizar mucho, a todos niveles. Hay mucho por hacer. Pero por el momento, lo que toca es disfrutar”.