En lugar de irme al arranque, me fui a la LPF

La noche del viernes me acercaba a la ciudad deportiva de Juan Díaz con ganas de escuchar a los aficionados del Tauro o Chepo FC haciendo barra, pero lo que me encontré fue una bulla estridente que provenía de un lugar de diversión cercano al coloso de Juan Díaz. Esta estridencia me hizo dudar de si había o no jornada de la LPF en el Rommel, pero al llegar a los estacionamientos, las antenas de las emisoras que estaban transmitiendo me confirmaron que sí había acción. Al entrar lo primero que me topó fue un señor que se estaba durmiendo en la entrada, pero bueno, valía la pena ver el espectáculo del fútbol que a mí me importa, no sé si a los demás panameños les interesa; a mí sí.

Hablar de la falta de público sería algo de no acabar; es más, creo que si hubiésemos sacado a las personas que estaban en el lugar de entretenimiento – que dicho sea de paso se escuchaba clarito en el Rommel – creo que el estadio se podría ver lleno, pero parece que el fútbol solo nos importa a unos cuantos, más no a los que prefieren gastar su dinero en “Demencia”.

Un grupito, el mismo de siempre, se escuchaba en una esquina del Rommel, apoyando al equipo taurino. Por parte de Chepo, solo unos muchachos que creo eran los que tuiteaban para la cuenta del club.

Mientras conversaba de cuál sería el técnico ideal para la selección de Panamá con un miembro de la Fepafut, tuve que cortar el conversatorio porque en verdad el partido se tornaba muy llamativo y sería una falta de respeto con los jugadores no apreciar el esfuerzo que hacen por brindar un espectáculo, aunque el lugar que representen ni siquiera sepa que tienen un equipo.

Es en ese momento donde llegó a mi mente el siguiente pensamiento: “Dios, si yo fuera futbolista y estoy en el cuadro, y miro hacia las gradas, y no veo a nadie apoyándome, ahí mismo dejo el plumero y me dedico a otra cosa”. Pero bueno, gracias a Dios mi carrera es otra, pero me da pesar por estos jugadores que se han acostumbrado a jugar 11 contra 11.

Como me gustó cuando veía el juego del Saprissa vs. Santos, que aunque era a media tarde, con el sol que picaba, el estadio estaba lleno y la gente no paraba de gritar desde las gradas. Claro, dirá usted amigo lector, eso es en Costa Rica, no es Panamá.

Como detalle llamativo, creo que la cantidad de policías igualaba a la cantidad de fanáticos que llegaron esa noche.

OJALÁ ESA REALIDAD PUEDA CAMBIAR CUANDO MADUREMOS COMO PAÍS DE FÚTBOL Y COMO FANATICADA DE FÚTBOL…