¡Es que la culpa... fue de la beer!

La novel a del fútbol panameño llegó a su final; al menos eso fue lo que quedó en evidencia el pasado viernes cuando la prensa nacional fue testigo de un cálido estrechón de manos entre Helene Weesie, gerente de Cervecería del Barú, y el presidente de la Federación Panameña de Fútbol (Fepafut) Pedro Chaluja. El acuerdo y estas sonrisas entre ambos directivos tuvo un precio: 3 millones de dólares. Como para el que dice que el dinero no compra la felicidad.

Hasta podríamos decir que se cerró una triste historia del fútbol criollo con una COPA EN LA MANO; claro, de cerveza Panamá por su puesto. Como es de costumbre este tipo de conflictos burocráticos, todos salieron reídos y felices de esta reunión que se dio en un hotel de la localidad. Hasta los periodistas tan profútbol de Panamá salieron un poco felices gracias al efecto que deja en el cerebro la Panamá, cerebro mismo que “maquineó” duras historias en contra del secuestro que le impuso la empresa del Barú a los dineros de la Fepafut.

A mí me parece que detrás de todo hecho que pasa en la vida hay un aprendizaje. Bueno, es mi opinión muy personal. Me atrevería a decir que cosas como esta pasan, pero la idea no es quedarse con los brazos cruzados y decir: Ok ya se solucionó y nosotros somos los “had”. No, esa no es la idea, la idea es aprender más de los errores que de los aciertos.

En gran medida la empresa licorera reclamaba lo que era justo. Eso no se critica, lo que siempre se criticó fue el hecho del por qué en ese momento, cuando Panamá ve – como nunca en la vida – una oportunidad real de ir a un Mundial. Pero también hay que tener presente que como todo bebé que nace, se cometen errores y se corrigen sobre la marcha. La Fepafut y el mismo deporte en sí, está creciendo en Panamá y creo que debemos tener más cuidado a la hora de hacer movidas económicas, porque los perjudicados son los panameños que viven del fanatismo y lo dejan todo por su selección cada vez que juegan.

Me decía mi tío. “lo que pasa es que esos federados son maleantes”. Eso no me consta, pero lo cierto es que de esto que ocurrió debemos; óigame bien, DEBEMOS, aprender a no volver a repetirlos porque entonces sí lo que dice mi tío podría ponerse en duda.

También hay que darle el derecho de la duda a los directivos, es cierto, hace algunos años Panamá tenía una federación que solo administraba un capital de unos $1000, ahora la historia es otra. Y con el dinero incrementándose, también se incrementan las exigencias y los malos entendidos. Debemos aprender la lección de lo que nos ocurrió, o de lo contrario en el futuro no será un patrocinador, podrá ser incluso la gente de Concacaf o FIFA quienes nos estén halando las orejas.

Soy fiel creyente de que de los errores se aprende, siempre y cuando esté dispuesto a poner de lado mi orgullo y mi falsa vanidad. Fepafut: tienes las puertas abiertas para todo lo que quieras, solo ten cuidado a la hora de tratar con el sentimiento de más de 3 millones de panameños que respiran, oyen y viven fútbol.