Nadal celebra: "esto es fantástico"
El español Rafael Nadal aseguró, tras convertirse en el primer jugador de la historia en conquistar siete títulos de Roland Garros, que probablemente esta sea su mejor temporada en arcilla. Y entiende que "esto es fantástico". "Quizás ha sido mi mejor temporada de tierra", comentó Nadal en una conferencia de prensa, delante de su flamante Copa de los Mosqueteros, obtenida tras doblegar al serbio Novak Djokovic por 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5. El jugador de Manacro (Mallorca), de 26 años, recordó que ganó los torneos de Monte-Carlo, Barcelona y Roma sin perder un set y que en Roland Garros sólo concedió uno, recién en la final. "Pase lo que pase, soy consciente de que mi temporada va a ser buena. Esa es la tranquilidad que te da una victoria como esta", dijo Nadal, que confesó que enfrentarse a Djokovic por primera vez en la final en su cancha predilecta le suponía un gran desafío. "Disfruté la final. Sufrí, pero la disfruté", dijo el balear, que reconoció haber estado "jugando este partido desde el viernes por la tarde", cuando derrotó en la semifinal al español David Ferrer. En su análisis del partido, Nadal destacó la importancia del factor mental en su duelo contra el serbio, que intentaba completar en París los cuatro Grand Slam de manera consecutiva. "Ha sido una final complicada, sobre todo (...) los últimos dos sets. Antes quizá no, pero mentalmente era complicado. Había perdido tres finales de Grand Slam contra él", dijo. No obstante, este año venía "de ganar tres finales casi seguidas" en arcilla y eso le daba "confianza". "En la final creo que hubo un poquito más de nervios de lo habitual. Empecé jugando fantástico, después se me complicó" comentó Nadal, que inició el encuentro el domingo quebrando el servicio del número uno del mundo y subiendo un 3-0 al marcador, con bola para el 4-0. Después, la lluvia se invitó a la final y llegaron las interrupciones. "Las condiciones eran muy inusuales. La pelota estaba más pesada que nunca. Al final, regresó el bote, durante la última media hora (...). En mi opinión, las condiciones eran mejores para Novak que para mí", dijo Nadal. El serbio logró llevarse el tercer set y parte del cuarto, encadenando ocho juegos seguidos. "Jugó de maravilla esos ocho juegos, sin cometer errores (...). Perdí metros tras la línea de fondo. Sentía que no podía frenarle, como había hecho al principio", recordó. Nadal cortó la arrolladora secuencia del serbio e inmediatamente llegó el segundo y definitivo parón, con 6-4, 6-3, 2-6, 1-2 y saque para "Nole". "La última parada fue importante para mí, especialmente porque las condiciones de juego no eran las mejores para mí", reconoció. La noche fue complicada para el de Manacor, ahogada en nervios y ansiedad, comentó. "Vi el fútbol en el vestuario. Vi el empate, no el gol de Italia. Ni quise ver mi partido, ni nada de prensa. Un pelín el telediario y, si te soy sincero, estaba viendo una serie, que la terminé anteayer. Ayer, rara vez en mí, no tenía series ni películas. Me dormí a las doce, viendo unos capítulos de Son Goku", su serie preferida de niño, confesó. "Estaba muy nervioso toda la noche, un poco ansioso por jugar lo que quedaba de partido (...). Desde que ayer paramos el partido, el primer momento en el que sentí que podía ganar fue tres minutos antes de empezar el partido", explicó. El mallorquín saltó a la pista encendido, con la furia del inicio del partido el domingo. "Estoy muy contento con mi forma de jugar hoy, mucho más agresivo (...). En el set de hoy jugué mejor que ayer", dijo Nadal, que consideró que la temporada de Djokovic está siendo "magnífica" y aseguró que las dos dobles faltas que le hicieron perder en Roma y en París son "una coincidencia". El serbio "salvó las semifinales de Australia y la final, dos sets contra Seppi, cuatro bolas de partido contra Tsonga... No puedes esperar salvarlo todo", comentó Nadal, que reivindicó su buena trayectoria. "No olvidéis que he disputado las últimas cinco finales de Grand Slam consecutivas. No son títulos, no son triunfos, pero son resultados magníficos", analizó. Finalmente, la final se decantó a su favor y superó el récord de seis títulos de Roland Garros que compartía con el sueco Björn Borg. "Perder la cuarta seguida (contra Djokovic) hubiera sido duro para mí porque sentía que podía que ganarla (...). Las oportunidades pasan y aprovecharlas te cambia los números en tu carrera". La pregunta inmediata fue saber si se considera el mejor jugador de tierra batida de todos los tiempos, pero Nadal eligió la prudencia. "No sé si soy el mejor o no, no soy el adecuado para decirlo. Sé que tengo uno de los mejores registros en esta superficie. Para mí esto es fantástico", dijo. "¿Cuántos años seguiré jugando aquí? Es imposible predecir el futuro", dijo el español, que seguirá blandiendo la raqueta mientras el cuerpo lo permita y mantenga la pasión y la motivación. Ya 24 horas después de morder su séptima Copa de los Mosqueteros, estará en Halle, en Alemania, preparado para disputar su siguiente torneo, en superficie de césped, de cara a Wimbledon.