El sector hípico de Puerto Rico se recupera pese a crisis y la pandemia

Pese a la crisis económica y la pandemia por el coronavirus en Puerto Rico, el sector hípico local pasa "por uno de los mejores momentos", muestra de ello es la subasta de 64 ejemplares purasangre de la isla celebrada este miércoles en un potrero en Coamo.

Entre ellos uno que alcanzó los 36.500 dólares.

"Estamos pasando por uno de los mejores momentos. Estuvimos varios meses cerrados, pero logramos correr, y ahora estamos pasando por un momento épico en la hípica", afirmó a Efe el presidente de la Confederación Hípica de Puerto Rico, Luis Orraca, mientras esperaba hoy a participar de la Gran Subasta 49 del Potrero Los Llanos.

Orraca, también propietario de un establo con doce caballos en el Hipódromo Camarero, en Canóvanas, agregó que la crisis económica en Puerto Rico no sería factor en la subasta -la última en la isla este año- sino el producto o el ejemplar que se le mostraría a los más de 150 dueños de caballos que acudieron al evento.

"Ya los dueños llevan cuatro meses de economía saludable, por lo que esperamos una buena subasta", aseguró.

"Lo que buscamos los dueños de caballos es tratarse de llevar por la sangre del animal. Es una caja de pandora. Aquí uno no puede dar en el clavo de que un caballo de 60.000 dólares corra mejor que uno de 3.000", indicó.

Por su parte, Marc Tacher, dueño de caballos, criador y accionista del hipódromo puertorriqueño, admitió a Efe que la pandemia por el coronavirus afectó la industria durante los tres meses que la pista estuvo cerrada, lo que provocó que las subastas de los ejemplares se atrasaran de fecha.

"Este usualmente se hace la primera semana de agosto, y se tuvo que hacer ahora. Los atrasos obviamente afectan al hipismo, pero siempre uno se debe adaptar y gracias a Dios el hipismo va bien", enfatizó.

El Potrero Los Llanos es considerado uno de los principales lugares destinados a la cría y el pasto de caballos y yeguas de los que existen en Puerto Rico.

Por eso, este miércoles subastó 64 potros de alta calidad y con un linaje bien documentado que incluye lazos sanguíneos con múltiples ganadores de clásicos, tanto a nivel local, como nacional e internacional.

"El Potrero Los Llanos es uno de los potreros 'prime' (de excelencia) y siempre con el mayor volumen de caballos para su subasta", afirmó Orraca.

Tacher, a su vez, respaldó la opinión de Orraca, al afirmar que la subasta de este miércoles en el Potrero Los Llanos es "la que más alto promedia la venta de los caballos nativos en Puerto Rico".

"Es el trayecto que ellos han tenido con sus animales y sus ejemplares, los han tenido mucho éxito en la pista", añadió.

Del mismo modo, Orraca resaltó dicho potrero, porque "siempre están comprometidos con la cría nativa y siempre están trayendo hembras y padrotes nuevos".

"Por eso se han sostenido años tras año aumentando su matrícula y el compromiso", indicó.

Tacher, por otra parte, explicó que durante las subastas de los ejemplares se analizan varios factores, entre ellos, el pedigrí o líneas de sangre y la conformación o físico del caballo, por lo que los compradores y dueños de estos equinos tienen algún defecto físico mayor para tirarlos a la pista para sus carreras.

Los 64 ejemplares de 18 meses de edad fueron subastados este miércoles con el propósito de que puedan iniciar competencias en el hipódromo el próximo año.

"Los caballos compiten por categoría. El año que viene tendrían dos años, por lo que solo compiten contra caballos de su edad", explicó Tacher.

"Este tipo de deporte va a atraer nuevos dueños de caballos", afirmó Tacher, quien mencionó que además de ser propietario de equinos, la industria hípica -aparte de los jinetes y entrenadores de caballos- también incluye paseadores, galopadores, veterinarios y suplidores que les venden los productos.

El evento fue dedicado al personal que trabaja en la Escuela Vocacional Hípica Agustín Mercado Revirón, ubicada en los terrenos del Hipódromo Camarero, incluyendo a su directora, Ana Delia Velázquez.

Además, se otorgará un premio en metálico ascendente a 7.000 dólares al ejemplar subastado en esta cosecha que primero conquiste un clásico en Puerto Rico a sus dos o tres años.