Las heridas de guerra de Rigoberto Urán
Tour de Francia-Cuarta etapa
Tour de Francia/El ciclista colombiano compartió a través de las redes sociales una curiosa imagen con las secuelas de la dura y sufrida etapa del pavés
Rigoberto Urán no gana para disgustos. El jefe de filas de Etixx-Quick Step volvió a sufrir en una más que exigente etapa -la más larga de este Tour- que volvió a poner a prueba a los principales candidatos a la victoria final con la dura jornada del pavés.
El ciclista colombiano, que ya vivió un auténtico infierno durante el pasado Giro de Italia afrontando una bronquitis y una caída que le dejaron sin opciones ante el dominio de Alberto Contador, está resistiendo de forma heroica la primera semana de competición. Urán se preparó a fondo para afrontar con garantías la ronda gala y arrancó muy fuerte dejando huella en la crono inicial.
El gran favoritismo de Froome, Contador, Nibali y Quintana ha privado a Urán de una mayor cuota mediática pero el colombiano suma y sigue con paso firme pese a los infortunios de las primeras etapas. Sin ir más lejos, el jefe de filas de Etixx-Quick Step fue uno de los afectados de la masiva caída en la etapa de este lunes en el Muro de Huy. Urán sufrió una fuerte contusión en la región lumbar a la altura de la pelvis. Los médicos confirmaron que se trataba de un golpe muy doloroso y se temía que sus molestias se viesen acrecentadas en el pavés.
Lejos de amilanarse, Urán ha vuelto a demostrar este martes que está hecho de otra pasta. El colombiano, que ya superó con nota las exigentes etapas del Mar del Norte y del Muro de Huy, supo gestionar correctamente los 13,3 km de pavés distribuidos en siete tramos aunque para ello tuviese que pagar un doloroso peaje.
El dolor en la zona de la pelvis provocó que Urán tuviese que modificar su postura en la bicicleta y la propia exigencia de los tramos plagados de adoquines obligaron al colombiano a agarrar el manillar de forma inusual, un hecho que le generó unas impactantes heridas de guerra en las manos. El dolor no empaña, eso sí, la satisfacción de otro reto superado. Urán ya vislumbra la montaña en el horizonte y empieza a sentirse cómodo en la zona noble de la General. Un guerrero con mayúsculas.