Rebeca Andrade destronó a Simone Biles en elemento suelo de la gimnasia en París 2024

París, Francia/La gimnasta brasileña Rebeca Andrade culminó su destacada participación en los Juegos Olímpicos de París 2024 de manera espectacular, al conquistar la medalla de oro en la final de suelo.

En una competencia marcada por la alta dificultad y la tensión, Andrade superó a la estadounidense Simone Biles por un estrecho margen, quien se quedó con la plata.

Con su impecable ejercicio de suelo, Andrade suma su cuarta presea en estos Juegos -tras un bronce y dos platas- y su sexto podio olímpico total, lo que la convierte en la mayor medallista de su país. 

El podio de la última prueba de gimnasia artística en París-2024 lo cerró la estadounidense Jordan Chiles, bronce.

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La gimnasia es una de las disciplinas más antiguas y apreciadas en los Juegos Olímpicos, y el elemento suelo es una de las pruebas más espectaculares de esta disciplina. Desde su inclusión en los Juegos Olímpicos modernos en Atenas 1896, la gimnasia ha sido un pilar fundamental del programa olímpico, destacándose tanto en la categoría masculina como femenina.

El suelo, conocido formalmente como ejercicio de suelo, es una prueba que combina acrobacias, saltos, giros y movimientos coreográficos realizados en una pista de 12x12 metros. Este evento requiere no solo fuerza y flexibilidad, sino también gracia, precisión y creatividad, ya que los gimnastas deben ejecutar sus rutinas al ritmo de la música.

La historia del suelo en los Juegos Olímpicos ha visto a numerosos gimnastas dejar su huella. En la categoría masculina, gimnastas como Nikolai Andrianov de la Unión Soviética, quien ganó el oro en Montreal 1976, y el japonés Kōhei Uchimura, conocido como uno de los mejores gimnastas de todos los tiempos, han brillado en esta disciplina. En la categoría femenina, leyendas como la rumana Nadia Comăneci y la estadounidense Simone Biles han deslumbrado al público con sus impecables actuaciones.

Nadia Comăneci hizo historia en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 al recibir el primer 10 perfecto en el suelo, una hazaña que la catapultó a la fama mundial. Su rutina combinaba acrobacias precisas y una gracia inigualable, estableciendo un nuevo estándar en la gimnasia femenina. Décadas más tarde, Simone Biles elevó aún más el nivel del suelo con sus innovadores movimientos y su impresionante dificultad técnica, ganando múltiples medallas de oro en Rio 2016 y Tokio 2020.

El ejercicio de suelo no solo es una prueba de habilidades físicas, sino también de expresión artística. Los gimnastas deben crear una rutina que cuente una historia o transmita una emoción, todo mientras realizan movimientos de alta dificultad. Esta combinación de atletismo y arte hace del suelo uno de los eventos más esperados y apreciados en cada edición de los Juegos Olímpicos.

En resumen, la gimnasia y, en particular, el elemento suelo, han jugado un papel crucial en la historia de los Juegos Olímpicos. La evolución de las rutinas y el aumento constante en la dificultad técnica aseguran que este evento seguirá siendo un favorito entre los espectadores y un desafío apasionante para los gimnastas de todo el mundo.

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