Orlando Ortega, la nueva figura cubana en los 110 vallas
Ser como Dayron Robles. Ese es el firme propósito de Orlando Ortega, quien derrotó a su compatriota cubano en casa por primera vez en cinco años y sueña con animar la final olímpica de los 110 metros con vallas. "Siempre quise ser como él (Robles). Es un ídolo y una estrella de admirar", dijo Ortega en una reciente conversación con The Associated Press. "Cuando lo veo y entreno con él todos los días, dentro de mi cabeza repito: quiero y tengo que llegar a donde él llegó". La victoria de Ortega, el pasado 27 de mayo en La Habana, propició la primera derrota de Robles en su tierra en más de cinco años. El tiempo, 13.09 segundos, fue la mejor marca personal de Ortega y supera los 13.18 segundos que Robles consiguió este año. "Lo importante no fue ganarle a Dayron, lo que me motiva es el tiempo", afirmó Ortega. "Ahora, sé que estamos más cerca que nunca de nuestro sueño: ser finalistas olímpicos los dos y ganar una medalla ambos ¿Por qué no?". Vestido con una camiseta verde, con los audífonos puestos para escuchar música, Ortega se entrena en el Estadio Panamericano de la capital, junto con Robles y los demás vallistas bajo la tutela del experimentado Santiago Antúnez. Ortega cumplirá los 21 años el 29 de julio durante los Juegos Olímpicos. "Estoy muy emocionado, pensando en Londres. No me obsesiono, pero cuando entreno me motivo pensando, voy a llegar, voy a llegar. Soy joven, no estoy apurado ni presionado porque no tengo nada que perder, algún día mi hora va a sonar", indicó. Con la edad que tiene Ortega ahora, hace cuatro años, Robles se coronó campeón olímpico y estableció un nuevo récord mundial, de 12.87 segundos. Ortega enfatiza que la relación con Robles es más de fraternidad que de rivalidad. "Tenemos buena compenetración, nos apoyamos, nos ayudamos, él me da consejos, además entrenar juntos es un reto constante", dijo. "Él corre para alcanzarme a mi y yo para llegarle a él, eso le da pimienta al día a día". "Al momento de correr cada uno se concentra en la carrera. Después de la pista, todo es normal, como si fuéramos unos hermanos", añadió. Ortega nació en Artemisa, un pueblo a unos 60 kilómetros al oeste de La Habana, y desde la cuna tenía el camino señalado. Su abuela, Christina Echevarría, integró el relevo 4x100 metros de Cuba, oro en los Juegos Panamericanos de Winnipeg en 1967. Su padre, Orlando Ortega, fue corredor de 400 metros con vallas. Comenzó el atletismo a los 12 años, con su padre como primer entrenador. En el 2006 llegó al equipo nacional, primero corriendo los 110 y 400 metros con vallas. Fue en el 2009 cuando se especializó en la carrera más corta bajo el mando de Antúnez. El calor es intenso y la humedad fuerte en el Panamericano, cuando Antúnez invita a sus pupilos a "bailar las vallas". "Ritmo, ritmo, mucho ritmo" les pide. Ortega, Robles y demás multiplican las arrancadas, pasan las tres primeras vallas. Después se recuperan con estiramientos. "Orlando es muy rápido, tiene buena técnica en las vallas, debe mejorar la arrancada y la primera parte de la carrera" señaló Antúnez, el mejor entrenador del mundo en el 2010 según la Federación Internacional de Atletismo. Antes de Robles y Ortega, Antúnez preparó a Anier García, oro olímpico en el 2000 y bronce en el 2004. También a Emilio Valle, finalista olímpico en 1992 y 1996. Estudiante en tercer año de la Facultad de Educación Física y Deporte, Ortega es el compañero de vida de Yargelis Savigne, campeona mundial de salto triple (2007 y 2009). "Los dos halamos la misma carreta, nos retamos. Ninguno se quiere quedar atrás y eso es una motivación diaria adicional", señaló Ortega. "En los tiempos libres nos gusta ver películas de acción, escuchar música y de vez en cuando ir a una fiesta a bailar.