Patriots contra Rams: lucha de titanes en el Super Bowl de los récords
El trofeo Vince Lombardi está en juego
Tom Brady, el voraz quarterback ganador de los New England Patriots, o Sean McVay, el entrenador prodigio de Los Ángeles Rams, buscarán convertirse en héroes cuando se vean las caras este domingo a partir de las 23H30 GMT en el Super Bowl 53, en Atlanta.
El evento deportivo del año en Estados Unidos, por encima de la Serie Mundial de béisbol o las Finales de la NBA, congregará a más de 100 millones de telespectadores solo en el país norteamericano, que vibrará con la tercera participación consecutiva de Brady y los Patriots y la insultante juventud de los Rams, llegados para acabar con la hegemonía de sus rivales.
Hablar de Super Bowl es hacerlo también de espectáculo, ostentación y polémicas.
El tradicional show del entretiempo cumple con todas esas premisas: en una decisión controvertida, el grupo Maroon 5 aceptó ser la cabeza de cartel, cuando otras estrellas prefirieron protestar contra el deporte que ha marginado al quarterback Colin Kaerpernick, sin equipo desde que impulsara un movimiento de protesta por la violencia policial en Estados Unidos en 2016.
La política o cualquier crítica hacia el presidente Donald Trump, de cualquier forma, no debería estar presente durante el espectáculo del descanso ni en los anuncios publicitarios difundidos durante el choque a precio de oro (unos 5,24 millones de dólares cada 30 segundos).
El presidente estadounidense se refirió al Super Bowl en una entrevista difundida el domingo por la mañana en CBS en la que afirmaba que se sentía aliviado por ver a su hijo Barron jugar al fútbol (soccer) en lugar de al fútbol americano, "un deporte peligroso".
En el futurista Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, algo más de 75.000 aficionados -que han desembolsado una media de 7.000 dólares por entrada- esperan ver un espectáculo que bata todos los récords.
Para empezar, Brady puede conducir a los Patriots a su sexto título, lo que convertiría a la escuadra de Nueva Inglaterra en la más condecorada de la historia, empatada con los Pittsburgh Steelers.
¿Seis de nueve?
Brady, el legendario mariscal de campo con cara de niño, casado con la supermodelo brasileña Gisele Bündchen, busca su sexto trofeo Vince Lombardi a sus 41 años, lo que lo situaría como el jugador más exitoso de todos los tiempos.
El apodado como "The Greatest Of All Time" ("El más grande") disputará su noveno Super Bowl, más que cualquier otra franquicia que no sea New England (11).
Brady ha ganado cuatro veces el premio al MVP en la última instancia y ha sumado 18 pases de touchdown en sus últimas ocho finales. Diecisiete años después de levantar la copa por primera vez, está "más motivado que nunca".
"Clasificarse para el Super Bowl es difícil. Ganarlo es difícil. Soy consciente de la suerte que tengo por estar de nuevo en esta situación ya que nunca sabes si volverás a estar", recordó Brady, cuyo equipo cayó el año pasado 33-41 frente a los Philadelphia Eagles en esta misma ronda.
Pase lo que pase este domingo, el mariscal de campo aún tiene mucho que decir luego de reconocer que no colgará el casco en un deporte en el que las carreras de los deportistas son cada vez más cortas.
"El equipo es la estrella"
"Cuando ya no juegue bien, pasaré a otra cosa (...) pero, a la espera de eso, voy a seguir jugando, divirtiéndome y a intentar ganar partidos", avisó Brady.
Para terminar con el dominio de sus rivales, los Rams cuentan con una zaga intratable liderada por Aaron Donald, nombrado el sábado el Mejor Defensor de la NFL.
Los angelinos también cuentan con Jared Goff, el quarterback de 24 años que ha permitido a su equipo anotar 32 touchdowns de pase, y el insaciable running back Todd Gurley, un peligro por sí mismo en el juego de carrera.
Más allá de sus jugadores, los Rams se apoyan en McVay, quien ha revolucionado los sistemas ofensivos de la liga a sus 33 años... 33 menos que su homólogo de los Patriots, el histórico Bill Belichick.
McVay tenía 30 cuando se hizo cargo de la dirección de los Rams y es el más joven en dirigir a un equipo en el Super Bowl. En apenas dos campañas transformó a un cuadro que no se clasificó a los playoffs entre 2005 y 2016 en una máquina de ganar partidos.
"En el fútbol americano, lo especial es conseguir algo que sea más grande que uno mismo, que la estrella del equipo sea el propio equipo", subrayó en los días previos.
Los Rams se han garantizado ya su lugar en la historia del Super Bowl gracias a Quinton Peron y Napoleon Jinnis, dos animadores que han integrado esta campaña la tropa de cheerleaders del equipo y que animarán a lo largo de la banda durante el encuentro, algo nunca visto hasta ahora en la NFL.