NFL, en el campo, deberá mostrar respeto por el himno nacional
Los 32 dueños aprobaron la política, que será parte del manual de operaciones del juego de la NFL.
Las muestras de protestas de los jugadores de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) durante la interpretación del himno nacional antes que den comienzo los partidos llegaron a su final después que los dueños de los equipos, de manera unánime, aprobaron hoy una nueva política que las prohíbe.
A partir de la próxima temporada, que comienza en agosto con los partidos de exhibición, la nueva política obliga a todo el personal, incluido a los jugadores, que se encuentre en el campo, a mantenerse en pie y de manera respetuosa mientras se interpreta el himno nacional.
Sin embargo, los dueños han aceptado que los jugadores que no quieran permanecer de pie y no deseen estar en el campo durante la interpretación del himno nacional pueden quedarse en el vestuario.
La política somete a los equipos a una multa si un jugador u otro miembro del personal del equipo no muestra respeto por el himno.
Eso incluye cualquier intento de sentarse o arrodillarse, como lo han hecho docenas de jugadores durante las últimas dos temporadas, acciones que ha generado a la NFL una falta de credibilidad y perdida de asistencia de espectadores a los campos y sobre todo audiencia de televisión.
Los equipos afectados por acciones de falta de respeto al himno nacional de algunos de sus jugadores o personal de la organización podrán también tener la opción de multar a los que hayan infringido la nueva política establecida por la NFL.
"Queremos que la gente respete el himno nacional", subrayó el comisionado de la NFL, Roger Goodell. "Deseamos que la familia de nuestra liga nos de su apoyo y nos aseguramos de que traten ese momento de manera respetuosa. Eso es algo que creemos que debemos cumplir, pero a la vez también fuimos muy sensibles para dar opciones a los jugadores".
Los 32 dueños aprobaron la política, que será parte del manual de operaciones del juego de la NFL y, por lo tanto, no estará sujeta a negociaciones colectivas.
La Asociación de Jugadores de la NFL manifestó en un comunicado que revisará la política y "desafiará cualquier aspecto" que sea inconsistente con el CBA.
Algunos detalles importantes seguían sin estar claros en las horas posteriores a la aprobación de la nueva política, incluida la multa específica a la que estarían sujetos los equipos y también cómo la liga definirá el respeto por la bandera.
Después de pasar meses en discusiones y otras tres horas durante dos días en las reuniones de primavera de la liga, que se celebran en Atlanta, los dueños de la NFL creen que se ha llegado a una solución que es buena para todos y respeta las sensibilidades de aquellos jugadores que durante las últimas temporadas se arrodillaron en señal de protesta social durante la interpretación del himno nacional.
La política anterior requería que los jugadores estuvieran en el terreno de juego para el himno, pero solo establecía que "deberían" estar de pie.
Cuando el mariscal de campo de los 49ers de San Francisco, Colin Kaepernick, comenzó a arrodillarse para protestar por la brutalidad policial en el verano del 2016, la liga no tenía ninguna regla que pudiera usar para evitarlo.
El movimiento recibió cada vez más críticas de la mayoría de la seguidores de la NFL y especialmente del presidente republicano Donald Trump, quienes creían que era una señal de falta de respeto hacia la bandera y el país.
Trump, además de alentar el boicot de los aficionados a los equipos que sus jugadores se arrodillasen durante la interpretación del himno, fue más allá en sus críticas y pidió a los dueños que los despidiesen.
"Es una total falta de respeto a nuestra tradición. Es una total falta de respeto a todo lo que representamos", repitió el mandatario durante un mitin en Alabama. "¿No os gustaría que estos dueños de los equipos de NFL, cuando ven que alguno de estos jugadores falta al respeto a nuestra bandera, dijera: 'Que saquen a ese hijo de puta del terreno de juego ahora. Está despedido...'", lanzó el presidente.
Los dueños, sin embargo, habían estado divididos sobre cómo apartar a la liga de esa crítica, que tanto daño los hizo la pasada temporada.
Algunos dueños, incluyendo a Jerry Jones, de los Cowboys de Dallas, y Bob McNair, de los Texans de Houston, querían que todos los jugadores se pararan.
Otros, como Christopher Johnson, de los Jets de Nueva York, querían evitar cualquier apariencia de jugadores que no tenían la libertad de expresarse.
Incluso la opción aparentemente simple de irse del campo al vestuario antes del himno fue rechazada por algunos dueños que pensaban que se podría interpretar como una protesta masiva o al menos un signo de falta de respeto.
A principios de esta semana, la liga finalizó una plataforma de justicia social de 89 millones de dólares con jugadores para ayudar a abordar "algunos de los problemas subyacentes" que estaban bajo las protestas, dijo Mark Murphy, presidente y CEO de los Packers de Green Bay.
"Creo que aprendimos unos de otros para llegar a un consenso unánime", dijo Murphy. "También hablamos mucho sobre nuestros jugadores. Creo que cuando miras hacia atrás en el otoño pasado, fue difícil para todos nosotros dentro de la liga. Pero uno de los puntos positivos que surgió fue una relación mejorada con nuestros jugadores".
En una declaración que acompaña el anuncio, Goodell destacó que la liga quería eliminar las críticas que sugerían que las protestas no eran patrióticas.
"Fue desafortunado que las protestas en el campo crearan una percepción falsa entre muchos estadounidenses de que miles de jugadores de la NFL no eran patrióticos", valoró Goodell. "Esto no es y nunca fue el caso".
Pero esa fue la realidad que le hizo perder a la NFL importantes ingresos económicos, mientras que Kaepernick, desde que dejó a los 49ers en marzo del 2017 no ha encontrado trabajo en la liga.
Kaepernick y el exsafety de los 49ers, Eric Reid, tienen presentadas demandas de colusión contra la NFL después que siguen sin encontrar equipo como agentes libres, a pesar de mantener contactos con varias franquicias sin llegar a ningún acuerdo.