Duque y Paredes abrazan la gloria en Barcelona
Hace dos años, tras un grave accidente, Orlando Duque se atrevió a visualizar grandes cosas para él mismo y Jonathan Paredes. Así se lo transmitió entonces al joven clavadista mexicano; y el tiempo le dio finalmente la razón el miércoles en Barcelona. Tras una reñida final en el puerto de la capital catalana, Duque se proclamó como primer campeón de la historia de los saltos de gran altura en un mundial de natación, al imponerse a sus rivales en un apretado desenlace. El colombiano, nueve veces campeón mundial en el circuito profesional, hizo valer una puntuación final de 590.20 para llevarse apuradamente la medalla de oro en esta disciplina, en que los varones saltan desde 27 metros y que se estrenó como competencia mundialista. La satisfacción fue doble para Duque, quien también consiguió la primera presea de la historia de su país en un mundial de natación. "Cada título es muy importante pero, cuando se miren los récords, tener mi nombre allí será un orgullo. Colombia tiene muy buenos saltadores y la idea es seguir empujando este deporte. Este fue el primer paso, y espero poder seguir logrando títulos", expresó radiante el campeón caleño. La medalla de plata fue para el inglés Gary Hunt, a solo 0.90 puntos de distancia y, la de bronce, para Paredes, con 578.35 puntos sumados gracias a su remontada en el último salto y que le valió el cuarto bronce del certamen a México. "Estar juntos con Orlando en el podio es un sentimiento muy grande. Hace seis semanas, cuando empezó la serie mundial, trazamos el objetivo y el sueño se hizo realidad", se congratuló el saltador más joven de la final. Duque, de 38 años, y Paredes, de 23, comparten gran amistad dentro del circuito profesional y ambos se fundieron en un efusivo abrazo tras la prueba, posiblemente recordando el episodio surgido después de que el colombiano se rompiera la tibia y el peroné en un accidente de paracaidismo, cuando también le propinó un cariñoso apretón al mexicano y le espetó: "Tú y yo vamos a hacer algo grande". Con la medalla de oro ya en la mano, Duque revivió la secuencia, reconociendo que llegó a visualizar un podio conjunto. "Jonathan tenía mucho potencial pero se estaba dejando llevar un poco y esto es peligrosísimo. Yo simplemente quería que él supiera que era muy bueno y, por calidad técnica, podía ser mejor. Solo le faltaba confiar un poco más. En Portugal ya compartimos podio, aunque por detrás de Hunt. Aquí estaba un poco más difícil, pero lo logramos", se felicitó. Duque alcanzó la segunda jornada de la final bien posicionado tras imponerse el lunes en las dos primeras rondas, que le valieron una puntuación de 217.10, superior a los 215.95 del ruso Artem Silchenko y los 213.30 de Paredes. Pero la defensa de la primera plaza no fue fácil para Duque, quien vio como Silchenko le rebasaba en la clasificación con su primer salto, valedor de 102.60 puntos y superior a los 100.70 registrados por el colombiano en su primer intento. La segunda tanda vivió un nuevo golpe de efecto con los 170.10 puntos registrados por Hunt, que le subieron al primer lugar con 485.70 totales. A 37.7 de distancia quedó Duque y tercero, a apenas medio punto de distancia, se posicionó Silchenko. Con la presión al máximo en la quinta ronda, Paredes remontó con un salto de 132.60 hasta la tercera posición y el veterano Duque sacó lo mejor de su repertorio para anotarse 142.80 puntos y tomar la corona, al quedarse corto en su clavado final Hunt, con valoración de 103.60. "La presión era alta, pero estuve consistente y todo me fue de cara, porque Hunt falló", analizó Duque, quien dijo sentir también que Barcelona era su gran oportunidad de tocar la gloria. "El mundial de Kazán aún lo veo, pero esta era mi chance: tengo 38 años y compito contra deportistas de 23 como Paredes", concluyó el campeón, ovacionado por la ruidosa fanaticada colombiana presente, feliz por su triunfo más significativo y consciente que el relevo generacional, como vislumbró en aquel lejano abrazo con Paredes, está asegurado. Su más reciente apretón, según reveló el mexicano, resumió en apenas dos palabras el sentimiento de ambos: "¡Lo conseguimos!".