La Liga Mundial de rugby 'matará' la Copa del Mundo, dice Graham Henry
Wellington/El proyecto de instaurar una Liga Mundial, con 12 países, impulsado por la World Rugby y apoyado por las federaciones australiana y neozelandesa, "matará" la Copa del Mundo, señaló este viernes el antiguo seleccionador de los All Blacks Graham Henry.
"Los jugadores no la quieren, ellos juegan demasiado ya. Matará a la Copa del Mundo, habrá una especie de medio Mundial cada dos años, la gente va a dejar de interesarse", explicó el técnico de la campeona del mundo en 2011 en la televisión TV3.
El vicepresidente de la World Rugby, el argentino Agustín Pichot, explicó el jueves que apoya un proyecto de Liga Mundial con dos divisiones de 12 equipos y ascenso-descenso entre ambas, y no un campeonato cerrado desfavorable para naciones con menos recursos como Fiyi.
Según el diario New Zealand Herald, la nueva competición, que la World Rugby espera lanzar en 2020, reunirá a 12 selecciones nacionales: las que participan en el Torneo de las Seis Naciones (Inglaterra, Gales, Irlanda, Escocia, Francia, Italia) y las cuatro del Rugby Championship (Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Argentina), a las que se añadirían Japón y Estados Unidos.
Todos estos equipos se enfrentarían al menos una vez en el año y las cuatro mejores jugarían por el título -semifinales y final-, un modelo parecido al de la Liga de Naciones de fútbol creada recientemente por la UEFA.
Este sistema excluiría por una duración de al menos 10 años a las naciones del Pacífico (Fiyi, Samoa o Tonga), con gran tradición en el rugby, pero medios económicos limitados.
El director general de la Federación Neozelandesa Steve Tew señaló que "se compromete a examinar las propuestas con las buenas personas presentes en la mesa".
Tew preció que la World Rugby discutiría el proyecto a lo largo de este mes.
Según The New Zealand Herald, un difusor televisivo, cuyo nombre no fue desvelado, presentó una oferta de entre 6 y 8,5 millones de euros por año y federación participante.
Dado el revuelo, la World Rugby reaccionó con un comunicado en el que señaló que "el número de partidos a jugar y el desarrollo de las naciones emergentes están en el centro del debate" de la futura competición internacional, "que generaría ingresos de difusión a largo plazo, considerablemente más importantes y que serán reinvertidos en el rugby mundial".