Para Latinoamérica, no fue la mejor actuación en Mundial
El infortunio de Dayron Robles al mover la mano demasiado hacia el carril de un rival y la inoportuna lesión de Yargeris Savigne derivaron en una coyuntura que Cuba tenía largo rato sin experimentar: un Mundial de atletismo con un cero redondo en la columna de oro. Después de Tokio 1991, la isla caribeña siempre tuvo a alguien —llámese Javier Sotomayor, Iván Pedroso o Ana Quirot— en lo más alto de un podio. Pero la racha tocó fin en Daegu. Tal vez obedeció a algo anecdótico o a circunstancias desfavorables. Tal fue el argumento de Sotomayor. "El balance es bueno, no es negativo, aunque no estamos del todo complacidos", dijo a The Associated Press. "Desgraciadamente pasó lo de Dayron, perdiendo una medalla que se había ganado. Y una lesión le pasa a cualquiera como ocurrió con Yargeris", afirmó el vigente dueño del récord mundial del salto de altura y jefe de la delegación en el Mundial. Robles (campeón olímpico y dueño del récord mundial en los 110 metros con vallas) y Savigne (campeona del salto triple en las dos pasadas ediciones) eran las dos bazas de Cuba en el Mundial. El caso de Robles fue el más impactante. El oro lo perdió en la mesa, no en la pista. Después de haber dado la vuelta olímpica, los jueces aceptaron un reclamo de China de que obstruyó a Liu Xiang y tendrá que esperar dos años hasta Moscú para poder conseguir el único título que le falta. Si bien Cuba no festejó títulos, en términos generales exhibió constancia en la otra tabla que sirve de medidor de las actuaciones. Quedó en el noveno lugar con 48 puntos en la tabla general de resultados, la cual contabiliza del primero al octavo puesto, es decir finales. La única medalla de oro conseguida por un país latinoamericano fue la de Fabiana Murer, con la bandera de Brasil, en el salto con pértiga. Su país terminó con 13 puntos en la tabla global. Lo de Murer fue histórico para el atletismo brasileño, al convertirse en la primera campeona del país en un Mundial. Otros países de la región vibraron con logros inéditos. —Colombia nunca había ganado una medalla, pero se incrustó en el mapa con dos de bronce gracias a Luis Fernando López (marcha de 20 kilómetros) y Caterine Ibargüen (salto triple), y ambos sueñan en grande para los Juegos Olímpicos de Londres el año próximo. "Mi sueño es una medalla de oro y espero que se me dé en Londres", dijo Ibargüen. —Después de 13 mundiales, Venezuela logró su primer finalista con Eduar Villanueva, octavo en los 1.500. —Argentina llevaba 12 años sin instalar a nadie en una final hasta que Jennifer Dahlgren logró situarse décima en el lanzamiento de martillo. Al formular declaraciones, la queja habitual de los competidores latinoamericanos apuntó a la falta de recursos y a que la atención se concentra casi exclusivamente en el fútbol. "Espero que este logro mío también ayude al atletismo argentino para que más gente sepa lo que es el atletismo, se quieran acercar y promover el deporte para tener no sólo una finalista, sino varios en varias disciplinas", dijo Dahlgren. También se destacó la medalla de plata del puertorriqueño Javier Culson en los 400 metros con vallas, su segunda seguida en la carrera. El desencanto tocó a Panamá, ya que su campeón olímpico Irving Saladino (salto de longitud) fue eliminado en la primera ronda, y Alonso Edward (200 metros) no pudo repetir la plata de hace dos años tras abandonar lesionado su final. Después del retiro de Ana Guevara y el declive de sus marchistas, México no ha encontrado otra figura.