El Heat no tiene nada que celebrar contra los Mavericks
Otra vez LeBron James y Dwyane Wade se dejaron seducir por el bullicio de sus admiradores en cancha propia y terminaron acusados de celebrar prematuramente cuando todavía no tenían el triunfo en el bolsillo. Y otra vez ambos se lavaron las manos. Las exaltaciones de júbilo del Heat de Miami a mitad del último cuarto del partido del jueves por la noche tuvo sus consecuencias. Los Mavericks de Dallas reaccionaron con coraje, remontaron una desventaja de 15 puntos y lograron una victoria sorpresiva en el segundo partido de la final de la NBA. Con esa recuperación de Dallas, la serie terminó empatada 1-1 en tanto que los siguientes tres encuentros se disputan a partir del domingo en Dallas. El Heat rechazó que hubiera habido un desbordamiento de entusiasmo cuando Wade acertó una canasta de tres puntos frente a la banca de los Mavericks para la ventaja 88-73 con 7:14 de juego. James y Wade incluso negaron que hubieran festejado. "Una celebración es con confeti, botellas de champaña", dijo Wade. "No hubo tal celebración. Se trató de un disparo que antecedía a un tiempo fuera. Siempre cualquier equipo prepara algo (en esa instancia)". James dijo: "En cuanto a la celebración, esa palabra nos ha acompañado todo el año. Estábamos conscientes del tiempo que faltaba para la conclusión del partido". En julio del año pasado, una lluvia de críticas cayó sobre el trío de superastros del Heat —James, Wade y Chris Bosh— cuando ocuparon el centro del escenario durante un espectáculo en la cancha después de que formalizaron su sociedad. Sin embargo, ese final dramático del jueves no era el que el Heat tenía en pensado e incluso parecía improbable cuando Wade, con su canasta de tres puntos, había dado la mayor ventaja al Heat a la mitad del último período. Cuando los Mavericks pedían tiempo fuera, Wade adoptó pose como si todo había terminado y sus compañeros levantaban los puños como si ya hubieran ganado. Wade y James intercambiaron gestos de júbilo hasta con la banca, mientras los Mavericks hervían de coraje. "Nos molestó bastante", dijo Tyson Chandler, de Dallas. "Es muy ofensivo que cuando uno juega duro alguien celebre frente a nuestra banca". El partido cambió de curso rápidamente. El Heat falló sus siguientes nueve disparos mientras que los Mavericks acertaron nueve de sus últimos diez. Los puntos finales del encuentro los anotó Dirk Nowitzki cuando restaban 3.6 segundos para la victoria de los Mavericks por 95-93. "Por supuesto que esto duele", dijo Wade. "Tenemos dos días para reflexionar sobre nuestros errores y haber desperdiciado una ventaja de 15 puntos. Ya nos complicamos bastante. Vamos a ver de qué estamos hechos como equipo". Ha habido dudas toda la temporada sobre la capacidad del Heat para cerrar los partidos. Durante la temporada regular quedaron 5-14 en encuentros que se decidieron por cinco o menos puntos, pero en la postemporada tuvieron su mejor desempeño en el último cuarto, salvo hasta lo ocurrido el jueves. La derrota de Miami suscitó numerosas interrogantes para los próximos dos días. ¿Por qué Bosh no cometió falta a Nowitzki en la última jugada de los Mavericks? ¿Por qué Bosh incluso era el único que marcaba a Nowitzki? ¿Por qué Wade no tuvo más tiempo el balón al final después de que había anotado 36 puntos en los primeros 41 minutos? ¿Por qué el Heat no se reservó un tiempo fuera para preparar alguna jugada final? Wade reconoció que el Heat debió haber detenido a Nowitzki antes de que éste hiciera su último disparo. "Se trató de una crisis mental", apuntó.