Gutiérrez: dos grandes premios con sabor a poco

Gutiérrez: dos grandes premios con sabor a poco
Ap
08 2012 - 14:35

El sueño de Mario Gutiérrez se esfumó sin siquiera haber tenido la oportunidad de montar al caballo que se supondría le instalaría en el panteón del hipismo de Estados Unidos, el primero en 34 años que iba a completar la Triple Corona. Pero al jinete mexicano se queda con el consuelo de que en un lapso de un mes de ensueño trepó hasta la cima con I"ll Have Another. Hasta hace cinco semanas, Gutiérrez era un desconocido. Pasó de ser un jinete de 25 años que montaba en un hipódromo de Vancouver en Canadá a uno que llevó al potro alazán a dos electrizantes victorias viniendo de atrás en el Kentucky Derby y el Preakness. Faltando 24 horas para competir en el Belmont Stakes, se produjo el más cruel de los desenlaces: I"ll Have Another quedó descartado de la carrera por una lesión en un tendón de la pata delantera izquierda. Sus dueños también decidieron retirarle definitivamente de las competencias para no arriesgarle la salud. I"ll Have Another era el favorito en el Belmont para convertirse en el 12do ganador de la Triple Corona y primero desde Affirmed en 1978. Ahora la cuenta de caballos que ganaron las primeras dos pruebas para quedarse cortos en la tercera se eleva a 12. Toda una pena para Gutiérrez, el piloto del potro con una cuenta de Twitter. Nacido en el pueblo azucarero de El Higo, en el estado de Veracruz en la costa del Atlántico mexicano, Gutiérrez ofrecía el guión perfecto. Uno de cuatro hermanos que crecieron en medio de la pobreza, dio sus primeros pasos como jinete de caballos en carreras parejeras (un cuarto de milla), y se presentó al hipódromo de Las Américas de la Ciudad de México a tocar puertas para que le diesen una oportunidad. Sin timidez alguna, Gutiérrez se arropó con la súbita fama ganada en las últimas semanas con su radiante sonrisa y el dominio de un inglés impecable, el cual empezó a aprender viendo películas y escuchando música. Gutiérrez hizo el primer lanzamiento de un juego de béisbol en el estadio de los Dodgers de Los Angeles, donde conoció a su compatriota mexicano Fernando Valenzuela, el lanzador que fue ídolo en la década de los 80 y que ahora es comentarista en las transmisiones del equipo. Se subió a lo más alto del edificio Empire State en Nueva York y fue entrevistado en un programa de tertulias con famosos en la televisión estadounidense. En la antesala al Belmont, Gutiérrez conversó con la Associated Press y valoró el torbellino de vivencias de las últimas semanas. "Todo es diferente. Trato de disfrutarlo todo, porque yo no pienso que volveré a estar en algo como esto en mi vida", dijo en una entrevista. "Claro que no te imaginas esto, pasó de la noche a la mañana. Hace cuatro meses estaba en Vancouver". El desafío de Gutiérrez era sortear el Belmont, que con milla y media es el la carrera más larga de las tres grandes, una distancia que se había convertido en el freno de aspirantes como Real Quiet, War Emblem, Big Brown y Smarty Jones. "Esto no es nada fácil, porque sino todo el mundo lo hiciera año con año", dijo Gutiérrez. Descubierto por J. Paul Reddam, el propietario de I"ll Have Another en el hipódromo californiano de Santa Anita —donde Gutiérrez planea establecerse fijamente de ahora en adelante— el mexicano fue el socio perfecto de un caballo que parecía tener todos los atributos de velocidad y resistencia para lograr la gesta. "Este caballo ha sido mi héroe, es el que me ha cambiado la vida. Desde que lo conocí todas estas cosas hermosas me han pasado", afirmó. Gutiérrez describió a I"ll Have Another como el competidor nato y valiente: "Le gusta estar en la batalla y cuando llega la hora de darte el 100 por ciento, nunca te 20, 30 ó 40. Te lo da todo. Cuando tú le pides, te lo da todo ... No pienso que montaré otro caballo igual como él".

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