Lauda se encuentra en un estado "muy satisfactorio" tras su trasplante
Se recupera
Niki Lauda, tres veces campeón del mundo de Fórmula 1, se encuentra en un estado "muy satisfactorio" cuatro días después de haber sido sometido a un trasplante de pulmón de urgencia, como consecuencia de una infección, informó el lunes el hospital general de Viena.
"Veinticuatro horas después de la cirugía, Lauda estaba plenamente consciente. Pudo ser desentubado y respira sin asistencia", dijo el hospital en un comunicado.
"Durante los días siguientes su condición mejoró constantemente y todos los órganos están funcionando bien", continuó.
Lauda, de 69 años, interrumpió sus vacaciones en Ibiza a fines de julio y regresó a Viena para recibir tratamiento después de desarrollar una infección pulmonar.
El transplante se convirtió en una prioridad tras haber sido dotado de un pulmón artificial durante la espera para ser operado.
Los gases venenosos inhalados durante su célebre accidente en el Gran Premio de Alemania de 1976, cuando los socorristas tardaron casi un minuto en sacarlo de su automóvil en llamas, han causado un proceso de disminución constante de la fuerza de sus pulmones.
El doctor Walter Klepetko, que realizó el trasplante, indicó al diario Österreich que Lauda tendrá que esperar varias semanas antes de abandonar el hospital, pero que, salvo complicaciones, "podrá volver a volar, trabajar y participar en el deporte como lo hacía antes".
Habitualmente presente en los circuitos de F1 de todo el mundo ejerciendo de presidente no ejecutivo de la escudería Mercedes, Lauda se había perdido la carrera de Hockenheim, el 22 de julio, y la de Hungría a la semana siguiente debido a su enfermedad.
El expiloto también ha estado muy activo en el ámbito del transporte aéreo. El pasado mes de enero volvió a comprar su antigua compañía Niki, rebautizándola LaudaMotion, para poco después vender el 75% del capital a la compañía de bajo coste irlandesa Ryanair, permaneciendo como dirigente.
Según Österreich, justo antes de su operación contactó con el jefe de Ryanair, Michael O'Leary, con el objetivo de vender su participación restante en el negocio y reducir su carga de trabajo.