'Bolillo' y sus cortinas de humo
El técnico es especialista en desviar la atención cuando saca malos resultados
Desde que llegó al país, el técnico de la selección de Panamá Hernán Darío Gómez se ha convertido en un experto en ocultar sus malos resultados y malas decisiones con sus pataletas y groserías en conferencias de prensa.
Espera la pregunta incómoda para atacar su interlocutor. Allí termina todo lo relacionado al partido y los periodistas caen en la zona de Bolillo: la confrontación. Las explicaciones de qué porque el equipo jugó mal quedan de lado.
Toda la experiencia acumulada del entrenador parecen servirle para una sola cosa: manejar la prensa… porque como entrenador no veo tanta diferencia entre lo que ha hecho el DT colombiano y su antecesor Julio César Dely Valdés. Primero, dejó escapar puntos en Trinidad y Tobago, donde todos los equipos de esta Hexagonal ganaron. Después, no supo contrarrestar a Honduras en el Rommel Fernández, donde Panamá salió al campo de juego desdibujado. Ante Estados Unidos, se vio a la peor selección panameña de los últimos años. Mucho espacio entre las líneas, defensa adelantada ante un rival que corre más y con piernas más frescas. Cero planteamiento táctico.
En otras circunstancias, todos le cayeran al entrenador. Con Bolillo he visto una prensa benévola y hasta complaciente.
El DT en los tres años que lleva con Panamá se ha convertido en un seleccionador de legionarios, poco trabajo o nada con los jugadores del fútbol local y pocas figuras jóvenes ha dejado para la renovación de la selección. Por esta razón, Panamá juega de una manera en un partido y en el otro parece un equipo irreconocible. Son muchos los altibajos entre un partido y otro. En parte por un técnico que parece desequilibrado y confundido.
Con todas estas cosas, estamos cerca de ir al repechaje en una haxagonal de Concacaf donde Estados Unidos se ha mostrado en un nivel por debajo de lo esperado y Honduras, en renovación, le ha costado afrontar la eliminatoria.
La oportunidad de llegar al mundial parece escaparse de nuestras manos una vez más, aunque todavía queda un partido que de ganarlo, nos llevaría mínimo al repechaje. La opción de pasar directo depende exclusivamente de un milagro: nosotros ganar de local o que Estados Unidos pierda ante Trinidad y Tobago.
Por eso, este martes todo dependerá única y exclusivamente de los jugadores. Ellos que pasaron por el sufrimiento y la frustración de quedar fuera del mundial en la eliminatoria anterior, ahora deben jugar con alma, vida y corazón, para sacar adelante el partido y que Rusia 2018 sea una realidad.