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El Sevilla espera rival en octavos con un buen sabor de boca

El Sevilla espera rival en octavos con un buen sabor de boca
El Sevilla espera rival en octavos con un buen sabor de boca / Foto: EFE
Efe
08 de diciembre 2020 - 17:51

El Sevilla se impuso por 1-3 al Rennes en la ultima jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, un partido sin trascendencia deportiva pues el equipo galo ya era cuarto del grupo y sin poder reengancharse la Liga Europa y el español segundo con el pase a los octavos asegurado.

Para los de Julen Lopetegui supuso romper una racha de dos derrotas y esperar a un nuevo rival europeo con un buen sabor de boca.

El conjunto andaluz estuvo muy efectivo en esta ocasión ante la meta rival con tres goles, uno de Jules Koundé y dos de Youssef En-Nesyri, y también rompió otra racha de dos encuentros sin marcar.

Pese al mal resultado que le dio a Julen Lopetegui los numerosos cambios que efectuó la pasada semana en la visita al Sánchez Pizjuán del Chelsea, que también con su segunda unidad goleó con un rotundo 0-4, el técnico guipuzcoano volvió a poner una alineación titular en Rennes con jugadores menos habituales, hasta siete novedades en relación al partido del sábado frente al Real Madrid (0-1).

Lopetegui ya apuntó en las previas de este partido de que no le gustaba hablar de rotaciones y sí de gestión de los recursos de una plantilla que descansó muy poco este verano y que desde entonces ha competido al máximo nivel cada tres o cuatro días y que así seguirá lo que queda de diciembre y también en la entrada del nuevo año.

En esta ocasión muchas bajas fueron por mermas físicas, como las de Jesús Navas, Sergio Escudero, el argentino Marcos Acuña, Munir El Haddadi y el meta checo Tomas Vaclík, más la del sancionado Joan Jordán.

El entrenador del Rennes, Julien Stephan, también con varias bajas por lesión, en esta ocasión sí pudo contar con el exsevillista Steven Nzonzi y la joven promesa Eduardo Camavinga, que no jugaron en Sevilla en la segunda jornada de esta fase de grupos (1-0) por sanción y lesión, respectivamente.

Desde ambos clubes se trasladó que este partido, sin nada en juego en lo deportivo, serviría para recuperar sensaciones tras los últimos traspiés e incluso por el interés económico que da una victoria en el máximo torneo continental.

Desde el arranque, el que pareció haber asimilado mejor ese discurso fue el equipo francés, que apretó, tomó el control del balón e incluso el delantero senegalés M'Baye Niang se plantó en varias ocasiones con peligro ante el meta marroquí Yassine Bono.

El Sevilla tuvo problemas para quitarse la presión adelantada del rival y salir con fluidez hacia el área de Rennes, sin que aparecieran en ese arranque por los extremos Suso Fernández y el marroquí Oussama Idrissi ni por el centro Óliver Torres y el croata Iván Rakitic.

El marroquí En-Nesyri, este martes el delantero sevillista, trabajó mucho para recibir balones y a los veinte minutos gozó de un remate de cabeza que fue el primer intento visitante, pero la verdadera oportunidad clara fue otra vez de Niang, al borde de la media hora, y la parada de Bono evitó el tanto.

El Sevilla tuvo más la posesión conforme avanzó el partido, aunque las ocasiones fueron del Rennes hasta que el central francés del conjunto andaluz Jules Koundé, reconvertido en este partido de lateral derecho, conectó un certero remate a la salida de un córner que sí abrió el marcador y del lado visitante.

El 0-1 motivó un cambio radical en la dinámica del partido, porque el último cuarto de hora de la primera parte fue de dominio total del Sevilla, ahora con buenas circulaciones y con llegadas con intensión al área adversaria, hasta el punto de que en la prolongación En-Nesyri puso el segundo con un magnífico cabezazo tras un gran pase de Óliver Torres.

En la segunda parte el Sevilla quiso mantener el impulso que cogió en la primera y tener la posesión del balón ante un rival que no tuvo más remedio que redoblar esfuerzos para intentar meterse en el partido, con lo que el partido estuvo abierto, aunque con la formación local con más vocación ofensiva.

El Rennes entró en la recta final del choque con méritos para acortar la diferencia en el marcador, en acciones de Georginio Rutter, Hamar Traoré o Jeremy Doku pero Bono lo impidió y, como en la primera parte, una aislada acción sevillista a la contra supuso el 0-3, obra otra vez de En-Nesyri.

No obstante, el premio a la insistencia llegó para la formación bretona con un penalti del brasileño Diego Carlos a Camavinga que transformó Rutter ya en los últimos minutos del choque.

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