El Schalke quiere asegurar su puesto ante el Maribor
El Schalke recibirá mañana al Maribor esloveno en la segunda jornada de la Liga de Campeones dispuesto a hacer bueno el punto conseguido en el primer partido en el feudo del Chelsea. Además, el conjunto de Gelsenkirchen llega a este encuentro en medio del júbilo generado por la victoria el sábado en el derbi de la cuenca del Ruhr ante el Borussia Dortmund, por 2-1. El duelo del Ruhr suele ser tanto para el Schalke como para el Dortmund el partido más importante de la temporada, por lo que la tarea del entrenador, Jens Keller, es ahora lograr que sus jugadores pongan otra vez los pies en la tierra y se concentren en el partido contra el Maribor. "Para nosotros resulta un desafío concentrarnos en el Maribor, que no será más fácil que el Dortmund", admitió el director deportivo del club, Horst Heldt. "Tenemos que quitarnos de la cabeza los sentimientos de euforia y jugar contra el Maribor con la misma intensidad que contra el Dortmund", agregó. En lo positivo, el Schalke contará con el regreso al equipo del centrocampista Julian Draxler, que fue baja por sanción contra el Dortmund. El capitán Benedikt Höwedes, en cambio, sigue siendo baja por lesión. El Maribor viaja con mucha confianza también gracias al empate conseguido ante el Sporting de Lisboa en su estreno. El entrenador de los eslovenos, Ante Simundza, ha asegurado que su equipo está preparado para enfrentarse al Schalke y romper la tradición de no haber vencido nunca a un equipo alemán. Simundza dispone de la práctica totalidad de todos sus jugadores, con el centrocampista Welle N"diaye como única duda, después de que el domingo se hiciera daño en el encuentro de la liga eslovena contra el Radomlje, que terminó con empate a cero. El técnico del Maribor ha justificado ese pobre resultado en que su equipo está pendiente del partido contra el Schalke. Los 1.300 aficionados del Maribor que han anunciado viajarán hasta el estadio Veltins-Arena aportará a sus jugadores una "energía adicional", aseguró el defensa Marko Suler.