River-Boca juegan superclásico sin alto nivel
El superclásico del fútbol argentino encuentra a River Plate y Boca Juniors en tiempos de crisis: el millonario despidió a su técnico en la previa, los boquenses tuvieron que pedirle por favor al suyo que no se vaya. Y como si esto fuera poco, las figuras de ambos bandos llegan machucadas. El partido se jugará el martes en el estadio Monumental de River Plate, que tendrá colmada su capacidad para unos 50.000 espectadores pese a jugarse un día de semana. La realidad de ambos equipos da pena. River despidió hace una semana a su entrenador Angel Cappa tras sumar siete partidos sin triunfos en el torneo Apertura, lo cual encendió las señales de alarma por la delicada situación del equipo en la tabla de promedios que define la permanencia en la primera división. Juan José López, una leyenda riverplatense y actual coordinador de divisiones inferiores, tomó el mando de forma provisoria, aunque un triunfo ante el máximo rival le abriría la posibilidad de quedarse con el cargo de forma definitiva tras las negativas de Américo Gallego y Marcelo Bielsa. Por el lado de Boca tampoco reina la paz. Su entrenador Claudio Borghi amagó con renunciar la semana última --tercera vez que amenaza con su salida en menos de seis meses en el puesto-- pero la dirigencia lo frenó, más por falta de una alternativa que por convicción. Por estas horas se rumorea que Borghi partirá cualquiera sea el resultado del clásico. Al parecer la relación con los jugadores no sería la mejor. Estos le habría perdido la confianza por sus reiteradas amenazas de renuncia y los reiterados cambios en el equipo. El último episodio fue el sábado cuando el técnico borró de la lista de concentrados para el clásico al arquero titular Cristian Lucchetti tras una fuerte discusión entre ambos. Javier García tomará su lugar. También se especula con que Borghi prefiere quedar libre justo cuando la selección de Chile queda vacante por la renuncia de Marcelo Bielsa. El "Bichi" se retiró como jugador y dio sus primeros pasos como entrenador en el país vecino. El combo de desgracias que rodea al clásico se completa con las lesiones que afectan a varios de los principales futbolistas de ambos equipos. En River está en duda Diego Buonanotte (edema en el cuádriceps izquierdo), pero regresa el veterano volante Matías Almeyda. Boca tiene entre algodones a Juan Román Riquelme (tendinitis) y a Lucas Viatri (distensión sóleo pierna izquierda). En la previa del clásico un grupo de 500 hinchas de River hizo un "banderazo" en el club para apoyar a los jugadores y quemaron una camiseta de Boca con el número 10 de Riquelme. Para evitar posibles desmanes, unos 1.500 efectivos policiales custodiarán el estadio Monumental y sus alrededores. El partido, dirigido por el árbitro mundialista Héctor Baldassi, arrancará a las 19.00 (2200 GMT).