Real Madrid empata y crea inconformidad
Real Madrid ha empatado (1-1) ante el Standard de Lieja en el cuarto encuentro preparatorio de los blancos en lo que va de pretemporada, en un partido en el que los de José Mourinho pecaron de precipitación y en el que demostraron la distancia real que les resta para perfilar su puesta a punto con vistas a la campaña oficial. El choque volvió a sembrar dudas en la delegación capitalina. Pese al órdago lanzado del técnico José Mourinho a los teóricos suplentes al concederles el testigo en la primera parte, pocos fueron los que sobrevivieron a las exigencias del luso, que deberá buscar una salida ante la inminente llegada del alemán Mesut Özil. Entre los mejor parados, destacan Rafael Van der Vaart y Karim Benzema. En el caso del holandés, por ser el único de templar en la última línea de pase y por su perfección en el lanzamiento a balón parado, como lo ejemplifica su tanto de libre directo a la cepa del poste en el minuto 12. Por su parte, el francés parece haber salido del pozo del pasado año y sobresalió en su condición de segundo punta con continuas asociaciones con Higuaín. No obstante, la prueba de Lieja ha oscurecido el camino de otros tantos jugadores, siendo Granero y Drenthe, uno por desgana y otro por precipitación, los más perjudicados del dibujo inaugural. Y es que los madridistas, que llegaban a la cita con la vitola de invictos tras los precedentes ante el América de México, Los Ángeles y Bayern de Múnich, adolecieron una profunda falta de ritmo desde los primeros compases. Por ello, salvo la guinda de Van der Vaart, pocas fueron las soluciones que ofrecieron el prototipo "B" de la plantilla. No fue hasta la segunda mitad cuando se evaluó el actual estado de las esperanzas madridistas. Con la entrada en el campo de los titulares, la participación de los mismos les llevó a caer en las constantes trampas de los pupilos de Dominique D"Onofrio, que frenaron sus revoluciones y trenzaron mejor las jugadas en este segundo acto. Con esta disposición, y con Cristiano y Di María compitiendo erróneamente por lucirse en una jugada personal, una oportunidad aislada del defensa Daniel Opare --cedido por los blancos-- propició el empate por medio del atacante Benteke, quien le ganó la partida por alto a Carvalho para rematar de cabeza por la escuadra en la meta de Dudek. Así, con las tablas en el luminoso, la escasa fluidez en el juego de los madrileños, y el arrojo belga, derivó el encuentro hacia un choque impreciso, y que acabó con mayores disyuntivas para Mourinho de lo que presentaba de inicio. De este modo, el Real Madrid, aún lejos de su esperada versión, aguarda con impaciencia la incorporación de Özil para dirigir el nuevo proyecto blanco.