Rakitic, lo mejor del 4-3-3 del Barça en Ginebra

El Barça afrontaba en Ginebra su primer test serio de la pretemporada frente al Nápoles, pero pocas conclusiones podrá sacar Luis Enrique que en esta ocasión apostó por dibujar un 4-3-3 con Rafinha ocupando la posición de ‘falso 9’ que intercambiaba con Pedro y Munir, y un centro del campo armado con Busquets, Rakitic e Iniesta. Mientras aguantó el ‘fuelle’ físico, corto a estas alturas de temporada, y hasta el carrusel de cambios que se abrió a la hora de juego, el Barça demostró su intención de poseer el balón, presionar cuando no lo tiene y, quizás lo más importante, la intención de ser más vertical y directo aprovechando la figura de Rakitic y romper así el ritmo del partido. Sin duda, el error de Claudio Bravo que significó el 1-0 marcó un partido que el Barça pudo ganar pese a a las ausencias y aunque todavía está lejos de ser el equipo que buscará luchar pro los títulos. Las llegadas del centrocampista croata a las inmediaciones del área para habilitar a Pedro y Munir, que mezclaron bien con las conducciones de Rafinha, apuntan lo que puede dar de sí Ivan. También el brasileño dejó claro que puede ser una alternativa sólida a los llamados a ser titulares, tanto en el centro del campo como en la delantera. En cambio, Deulofeu solo jugó los últimos quince minutos pero tuvo un par de buenos destellos trazando la diagonal desde la izquierda. También aquí pudo igualar el partido el Barça. Otra cosa es que Luis Enrique lo dejara en el banquillo porque quiere que trabaje más en defensa... Más allá de esto, el Barça notó la falta de físico para que Montoya y Alba pudieran recorrer con regularidad los carriles; también quedó en evidencia que Piqué o Iniesta todavía están cargado las baterías, e igualmente pagó la falta de fortuna de Pedro y Munir en el remate pues ambos dispusieron de varias ocasiones claras que habrían marcado el resultado.