El PSG se entrena antes de su enfrentamiento de "Champions" frente al Barcelona
Nunca antes el Barcelona ha conseguido remontar como visitante un resultado tan desfavorable como el que deberá superar mañana frente al París Saint-Germain (1-4) en el Parque de los Príncipes para seguir vivo en Europa.
El equipo de Ronald Koeman tendrá que inspirarse en la épica que protagonizó en 2017 con Luis Enrique en el banquillo frente al mismo rival, pero aquella vez en su estadio, al superar con un 6-1 el 4-0 que se habían traído de París.
Pero entonces el Barça actuó como local y esta vez tocará emular la gesta lejos de su estadio, aunque sin la presencia de público rival a causa de la pandemia del coronavirus, en un Parque de los Príncipes que cumple un año sin sus hinchas.
Los azulgranas, eso sí, llegan con la moral por las nubes después de la remontada en Copa del Rey ante el Sevilla de la semana pasada y de acercarse a los 3 puntos del liderato de la Liga, aunque el Atlético de Madrid tiene un partido menos.
El equipo contará en su expedición con su nuevo presidente, Joan Laporta, que el domingo venció holgadamente en las urnas y el lunes ya visitó a la plantilla en la Ciutat Esportiva Joan Gamper.
Una vez fue consciente de su triunfo electoral, Laporta, rodeado de su equipo de campaña gritó eufórico "vamos a París a ver si remontamos".
El Barça, que no se pierde unos cuartos de la Liga de Campeones desde la temporada 2006/2007, afrontará el duelo con dos bajas importantes en la defensa, las de Gerard Piqué, con un esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla derecha, y el uruguayo Ronald Araujo, que a pesar de haber entrenado con sus compañeros este martes, no forma parte del viaje.
Tampoco lo hacen por lesión Sergi Roberto, Ansu Fati y Philipe Coutinho.
También tendrá una baja de peso su rival, la de un Neymar que un mes después de su lesión no ha llegado a tiempo para regresar y que de esta forma se perderá un duelo de octavos por quinta vez desde que en 2017 aterrizó en París.
El entrenador argentino de los franceses, Mauricio Pochettino, aseguró que no hay ninguna euforia, y que su equipo saldrá a ganar el duelo, con la misma o mayor concentración con la que lograron un resultado tan favorable en Barcelona, que no tendrán en cuenta a la hora de afrontar el duelo.
El ambiente en París es más optimista que nunca, siempre con el fantasma de la remontada de 2017 en la memoria, pero convencidos de que han tomado las precauciones necesarias para no tropezar dos veces en la misma piedra.
El PSG aparece más sereno, confiado en que Kylian Mbappé asusta a un rival con la defensa muy mermada y que su gran actuación en Barcelona avala ese miedo.
Pochettino, mantiene también la duda del argentino Ángel di María, que acaba de volver al grupo tras un mes de baja. Pero el exmadridista tampoco estuvo en la ida y su posición, ocupada estos partidos por el español Pablo Sarabia, ha estado a buen recaudo.
Sin dos de sus estrellas, el PSG ha ganado cinco de sus seis duelos, incluido el disputado ante el Barcelona, lo que hace al técnico sacar pecho: el bloque frente a sus individualidades.
Pochettino también recupera al lateral Florenzi, mientras que el atacante Moise Kean prosigue su cuarentena tras haber sido controlado positivo por coronavirus.
En el centro del campo, el argentino Paredes volverá a ser la pieza clave del equipo, como ya lo fue en Barcelona, mientras que el técnico volverá a apostar por su compatriota Icardi para fijar la defensa blaugrana.