Repetición - Jelou!
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La inminente llegada de Neymar al París Saint Germain por un montante récord de 222 millones de euros es el colofón a un mercado de fichajes frenético en las últimas semanas en el planeta fútbol.
En el verano de 2016 los cinco grandes campeonatos europeos (Inglaterra, España, Italia, Alemania y Francia) gastaron 3.300 millones de euros, según un estudio del gabinete especializado Deloitte.
A menos de un mes del cierre del mercado de 2017, el gasto se sitúa ya en la barrera de los 3.000 millones, a falta de que se confirme la llegada de Neymar al PSG procedente del Barcelona en una operación de 222 millones euros, por lo que todo indica que en las próximas semanas se romperán todos los récords.
"No creo que 200 millones de libras por Neymar sea caro", juzgó el portugués Jose Mourinho, entrenador del Mánchester United y responsable de la llegada de Pogba hace un año al club por 105 millones de euros, el fichaje más alto de la historia, a la espera de que se certifique el pase del brasileño.
"Neymar es uno de los mejores jugadores en el mundo, así que desde el punto de vista comercial es un peso pesado", añadió el técnico luso, cuyo club ya ha gastado 150 millones de euros este verano, haciéndose con los servicios de, entre otras estrellas, el belga Romelu Lukaku por una cifra que supera los 85 millones de euros.
El Mánchester United es uno de los estandartes de la fiebre de pagar sumas desorbitadas, al igual que los otros grandes clubes ingleses, dopados por derechos televisivos y por los fondos procedentes de inversores del Golfo o del resto del continente asiático.
Al frente hasta el momento del gasto en fichajes, se halla el Mánchester City de Guardiola, que reúne ambas condiciones. El club inglés, propiedad de un grupo ubicado en Abu Dabi, ha gastado 240 millones de euros en Kyle Walker, Benjamin Mendy, Bernardo Silva, Danilo y Ederson entre otros.
Con un Chelsea casi tan voraz -el vigente campeón inglés del millonario ruso Roman Abramovich supera los 100 millones de euros en las adquisiciones de Álvaro Morata y Tiemoué Bakayoko-, los clubes de la Premier League están cerca de superar su récord de 1.380 millones de euros gastados durante el verano (boreal) pasado.
En Italia, el Milan, con sus nuevos propietarios chinos, ha reclutado hasta siete jugadores por un precio superior a los 15 millones de euros.
Una espiral de gasto que no todos están dispuestos a alimentar.
"No puedo comprar un jugador por 150 o 200 millones de euros", declaró el presidente del Bayern Uli Hoeness a la agencia de prensa SID, filial de la AFP. "Rechazamos por completo esas cosas en el Bayern".
"Me gustaría que se gastase menos pero es el mercado el que lo quiere así", se defendió Pep Guardiola, entrenador del Mánchester City, aludido por las palabras de Hoeness.
"La gente dice que (la explosión de los traspasos) es por culpa del Mánchester City, pero todos los clubes gastan mucho dinero", argumenta el técnico español.
"Hace tres o cuatro años, sólo algunos clubes podían competir en ese mercado. Pero con la llegada de nuevos inversores hay muchos más empleadores potenciales para esas estrellas, y eso hace aumentar su precio", explica Didier Primault, experto en economía del deporte en el Centro de derecho y economía deportivos de Limoges (Francia).
El dinero está ahí, pero ¿con qué viabilidad? El presidente del Tottenham, Daniel Levy, insistió en la "obligación de dirigir los clubes de manera apropiada".
"Es simplemente imposible que algunas de las operaciones que tienen lugar actualmente sean viables", declara el dirigente inglés, defendiendo el modelo más conservador de su club, que no ha gastado un euro desde la apertura del mercado.
"Es atrayendo a estos 'jugadores top' como los clubes podrán ganar trofeos y adquirir notoriedad, pero esos fichajes no serán rentables monetariamente", previene el economista del deporte Jean-François Brocard. "Quizá lo sean en términos de imagen y de reputación, pero a día de hoy es difícil vislumbrar cómo esa notoriedad se traducirá en dinero."