El Sevilla, con pie y medio en la final al masacrar al Celta a la contra
Semifinales de la Copa del Rey
El Sevilla goleó 4-0 al Celta en la ida de su semifinal de la Copa del Rey, lo que le sitúa con un pie y medio en la final del torneo tras masacrar al equipo céltico al contragolpe en un gran encuentro de los hispalenses, con el delantero francés Kevin Gameiro, autor de dos goles, excepcional.
Aunque los célticos tuvieron sus opciones, estas se fueron diluyendo al adelantarse los sevillanos con un gol de Rami al filo del descanso, tras lo que en la segunda mitad llegó su recital de juego al contragolpe con dos tantos de Gameiro, que además en la primera falló un penalti, y el cuarto del danés Michael Krohn-Dehli.
Se medían por primera vez en una semifinal copera dos equipos aún invictos en esta edición, que buscaban su octava final de Copa en el caso del Sevilla -ganó cinco de siete- y la cuarta en la historia del Celta, quince años después de la última que jugó y, como las otras dos, perdió (ante el Zaragoza en La Cartuja de Sevilla).
Los locales, sin el lesionado Krychowiak ni los recién llegados Fazio y Diogo, salieron con muchas ganas en su fortín del Sánchez Pizjuán, donde, con diez triunfos ligueros seguidos, no caían desde el 1-3 del Manchester City el 3 de noviembre en 'Champions' y antes precisamente contra el Celta (1-2) en Liga, el 20 de septiembre.
Tras haber eliminado al Atlético, el equipo del técnico argentino 'Toto' Berizzo, con las bajas notables del extremo Manuel Agudo 'Nolito' y el central Fontás, empezó ordenado atrás y en medio campo, con poca presencia ofensiva ante un Sevilla que aprovechó los robos de balón para salir rápido al ataque y generar mucho peligro.
Con el argentino Éver Banega, que reaparecía tras dos partidos de baja por lesión, como organizador, ayudado por Vitolo y el danés Krohn-Dehli, y el francés Gameiro arriba, los sevillistas tuvieron dos buenas opciones en los primeros veinte minutos, en un cabezazo que Kolo mandó fuera por poco a los 2 minutos y un tiro de Vitolo.
A partir de ahí, el conjunto de Unai Emery apretó y desarboló a un Celta algo apático y poco vertical, y pudo marcar en tres buenas ocasiones. Primero, el francés Kolo cabeceó a bocajarro y Rubén Blanco evitó el 1-0 con un paradón en el 25; luego, un testarazo del galo N'Zonzi se paseó por la línea de gol; y dos minutos más tarde llegó la más clara, al pitarse penalti de Sergi Gómez sobre Gameiro.
Sin embargo, el meta céltico volvió a salvar a su equipo al despejar la pena máxima lanzada a su izquierda por Gameiro, a los 28 minutos. Esta acción enloqueció el choque y el Celta, viendo el peligro que corría si no daba un paso adelante, se fue arriba y dispuso de dos grandes opciones para haber abierto el marcador.
No fue así, pues a la media hora Sergi Gómez cabeceó a la cruceta de la portería un centro del chileno Orellana, más activo ahora junto con su compatriota Pablo Hernández, que cuatro minutos más tarde, con todo a favor, falló un gol cantado al rematar desviado.
El que no perdonó fue el Sevilla, que había estado poco efectivo antes, pero logró el premio de irse al descanso con 1-0 al marcar de cabeza el francés Rami al saque de un córner, justo en el minuto 45.
El Celta, que no pudo ni sacar de centro, salió en la reanudación a empatar y estuvo cerca en una acción de Orellana a la que Cabral, solo, no llegó de milagro al detener Sergio Rico, muy atento.
Los andaluces también buscaron el 2-0 en un contragolpe donde Gameiro no definió y en una falta directa de Banega en la que Rubén Blanco respondió con otro paradón, aunque el cuadro vigués replicó a los 58 minutos, pero Aspas no aprovechó un buen pase de Orellana.
Un minuto después, el choque cambió por completo cuando Gameiro, en una contra letal en el 59, ganó en la carrera a Jonny y resolvió magistralmente en la salida de Rubén Blanco para hacer el 2-0.
En pleno naufragio de los celestes, solo tres minutos después el veloz Gameiro volvió a destapar las carencias de la zaga viguesa al dejar atrás a los defensores y marcar el 3-0 en una contra idéntica a la anterior, esta vez tras un gran pase en profundidad de Banega.
El Celta, en el que debutó el chileno Marcelo Díaz, su último refuerzo, al entrar casi al final por Wass, no se rindió pese a los dos mazazos seguidos, pero solo lo intentó con criterio Orellana, sin ante un Sevilla que tuvo más opciones por medio de Coke, de cabeza, y al contragolpe con Vitolo o Konoplyanka.
Los hispalenses completaron su magnífico partido con el 4-0 a tres minutos de la conclusión por medio del danés Krohn-Dehli, y de nuevo a la contra, lo que le deja muy, muy cerca de su octava final.