Dos figuras ausentes: Zlatan y Bale

Chau Zlatan Ibrahimovic, adiós Gareth Bale. La realeza del fútbol mundial los va a extrañar. El sueco Ibrahimovic y el galés Bale son la cabeza visible de un grupo de príncipes con aires de reyes que estarán ausentes de la Copa Mundial de Brasil porque sus países no se clasificaron. Ibrahimovic está en un gran momento en su carrera: le metió dos goles a Portugal, pero Cristiano Ronaldo le contestó con tres en el duelo de vuelta del repechaje, más uno en el de ida, por lo que ese duelo entre gigantes lo ganó el astro lusitano del Real Madrid. ¿Pero quién se llevó el trofeo a la vanidad? Venían parejos ya que ambos hacen un culto de la jactancia, hasta que uno de ellos hizo una jugada desequilibrante. "Un Mundial sin mí no vale la pena verlo, así que no hace falta esperar a que llegue", se despachó el sueco de 32 años, un fanático de él mismo. Claro que "Ibra" tiene sus motivos con datos irrefutables: en el último año calendario metió 47 goles para el París Saint Germain y Suecia, muchos de ellos con voleas teatrales o piruetas de circo, apelando a su experiencia en artes marciales. Tan agradecidos están los defensores mundialistas por la ausencia de Ibrahimovic como por la de Bale, el extremo galés que parece seguir los pasos de su ilustre compatriota Ryan Giggs, que ganó todo con el Manchester United pero que nunca jugó un Mundial. Pero Bale tiene tiempo. Con 24 años, para Rusia 2018 debería tener la cuerda intacta. Hoy, Bale vale 100 millones de euros, que es lo que pagó el Real Madrid al Tottenham, en el fichaje más caro en la historia del fútbol. Propenso a las lesiones musculares, Bale no encontró su mejor forma desde que llegó a la Casa Blanca y al igual que su compatriota Aaron Ramsey (Arsenal) es otro talento que no estará en tierras brasileñas. En el barco que levará anclas con su cargamento de goles tampoco estará el polaco Robert Lewandowski, reconocido como uno de los mejores artilleros de Europa y que con 25 años atesora 63 dianas en 110 partidos de liga alemana con el Borussia Dortmund. Cazador furtivo de cuanta pelota anda suelta por el área y máximo anotador polaco en la Liga de Campeones europea con 14 dianas, Lewandowski no tuvo esa dosis de suerte necesaria que lo suele acompañar frente al arco. Su selección quedó envuelta en un duro grupo de clasificación y quedó cuarta detrás de Inglaterra, Ucrania y Montenegro. Cuando se anuncia el equipo de República Checa o del Arsenal, se da por entendido que en el arco estará Petr Cech, que con sus estratosféricos reflejos se ha convertido en uno de los mejores porteros del mundo. Esa muralla humana lleva más de 100 partidos internacionales y entre sus actuaciones más recordadas con su selección figuran sus atajadas en la última Eurocopa, hasta que Cristiano Ronaldo lo frenó con un gol para Portugal (1-0) en cuartos de final. En este caso, esa ausencia la agradecen los delanteros. En todo Mundial aterrizan jóvenes astros en ascenso. No será el caso del danés Christian Eriksen, de 21 años, la misma edad que tenía su compatriota Michael Laudrup, la manija del equipo en México 1986 que impactó al mundo del balompié con una goleada 6-1 sobre la Uruguay de Enzo Francescoli. Eriksen, del Tottenham, se perfila como el sucesor de Laudrup, quien tras su retiró dejó un hueco aún vacante. Pero un grupo de clasificación con potencias como Italia dejó a Dinamarca afuera y nunca se sabrá si en un Mundial Eriksen podría haber emulado a Laudrup. El turco Arda Turam (Real Madrid), el eslovaco Marek Hamsik (Napoli), el serbio Nemanja Vidic (capitán del Manchester United) y el montenegrino Stevan Jovetic (Manchester City), son otras de las estrellas que durante el Mundial tendrán que hacer un estilo de vida urbano, lejos de la playa de Copacabana. Son muchos los que, cuando de mundiales se trata, ya no miran el presente sino que proyectan el futuro.