Diego Costa y las discrepancias de un goleador para la historia del Atlético

Diego Costa ya es historia en el Atlético de Madrid, con 83 goles en 215 partidos oficiales, pero sobre todo con un indiscutible sitio en la vida del club y un papel tan fundamental como indudable en la era Diego Simeone, por mucho que su gris segunda etapa, iniciada en 2017 y concluida este martes, no haya sido ni tan productiva ni tan impactante como la primera.

Es indiscutible que él fue un hombre clave e incontestable en todo el crecimiento del conjunto madrileño a las órdenes del técnico argentino, con el increíble salto, quizá impensable entonces, que dio el equipo entre 2012-13 y 2013-14 para alcanzar las cotas más altas e inimaginables antes de su llegada, con él como una de las referencias, al lado de Radamel Falcao y luego de David Villa.

En sus méritos, por ejemplo, como protagonista principal, figura el hito más grande de Simeone al frente del banquillo en 2013-14, cuando su equipo doblegó a 38 jornadas al Barcelona y al Real Madrid y conquistó la Liga. Es la única de la última década que no han ganado ni el club blanco ni el azulgrana. También fue la décima del Atlético, que no ganaba el torneo desde 1995-96, con Simeone entonces como jugador a las órdenes del entrenador Radomir Antic.

El año de Diego Costa fue esplendoroso, seguramente el mejor de toda su carrera: marcó 27 goles en ese campeonato, además de uno en la Copa del Rey y ocho en la Liga de Campeones para dirigir a su equipo a la final de Lisboa, perdida en la prórroga con el Real Madrid y con él lesionado. Duró 8 minutos sobre el césped de Lisboa.

También había sido capital en la Copa del Rey ganada al 'eterno' rival en el Santiago Bernabéu un año antes, en 2012-13. El 17 de mayo, como la Liga. Él marcó el gol del empate del partido decisivo en Chamartín, sin el que nada habría sido posible. Después, en la prórroga, Joao Miranda firmó la victoria. 20 goles anotó ese curso.

Momentos imborrables que corresponden a su primera etapa en el club, con 64 tantos en 134 partidos, antes de su traspaso al Chelsea en 2014. También jugó en el equipo madrileño en 2010-11, después de sus primeros años de cesiones al Albacete y al Celta y de su traspaso con recompra al Valladolid, además del semestre que jugó a préstamo en 2011-12 en el Rayo Vallecano.

Tres años después tomó el camino contrario. Del Chelsea al Atlético, pero su vuelta no ha sido como se esperaba, aún siendo trascendente en los dos últimos títulos ganados por el Atlético: en la Liga Europa de 2018 y, sobre todo, en la Supercopa de Europa que conquistó su equipo frente al Real Madrid en Tallin. Él fue el doble goleador y el mejor de aquel choque, decidido en la prórroga porque él empató antes del minuto 90. Luego anotaron Sául y Koke.

En cualquier caso, sus picos altos de rendimiento han sido contados desde su vuelta, limitado a algún partido, en los tres años de su segunda era en el club, entre otras cosas, sobre todo, por sus lesiones que lo han lastrado. No ha tenido continuidad. Ni ha logrado ser el que fue en toda su primera época como rojiblanco.

Las lesiones le apartaron de 58 partidos -doce este mismo curso-. Junto a los doce encuentros de sanción, la cantidad de choques que no ha estado disponible para Diego Simeone se agranda a 70. Ha jugado en todo este tramo 81 partidos (7 esta campaña), con 19 goles (dos esta temporada), el último como atlético contra el Elche, el pasado 19 de diciembre. Diego Costa ya es historia en el Atlético: 83 goles en 215 partidos, y sobre todo una Liga inolvidable en 2014.