Cuadrado está desesperado por su futuro
Un empleado de la Fiorentina es la sombra de Juan Guillermo Cuadrado estos días en Málaga, sede del trofeo veraniego Costa del Sol al que ha sido invitado el club italiano. El objetivo de tal marcaje al hombre, poco habitual dicen los que siguen el fútbol en Florencia, responde al deseo de asegurar el silencio del futbolista colombiano a los medios de comunicación, que metidos en la aldea global persiguen por igual la noticia en Italia que en Andalucía. El objetivo no es otro que arrancarle cuatro palabras al crack sobre su futuro, pero está resultando imposible. La Fiore sabe que su futbolista tiene los días contados en su club y se sentirá más fuerte si Cuadrado no abre la boca. Entre otras cosas porque si habla lo hará para decir que está desesperado por salir. Compañeros de vestuario de la Fiorentina consultados por este diaro reconocen que Cuadrado está viviendo la situación con cierta ansiedad porque se encuentra ante la oportunidad de su vida y el desenlace por él querido sigue sin producirse. El Manchester United y el Barça son los clubs que le quieren, pero la Fiore sigue pidiendo un dineral cercano a 50 millones de euros. Seguramente lo bajarán, pero entretanto Cuadrado es un mar de nervios que teme que algún imprevisto (por ejemplo, una lesión) acabe con sus ilusiones. Insiste en su petición de salir Cuadrado, seguido por el Barça desde hace más de una temporada, explotó en el Mundial y el tren de los grandes le está esperando convertido ahora en un producto de lujo. Por ello el jugador se reunió la semana pasada con el presidente de la Fiorentina, Della Valle, que entendió su demanda de marcharse aunque al mismo tiempo no renuncia a sacar todo el provecho posible de la batalla entre United y Barça, puja que acaba de producirse con Vermaelen con final feliz para los culés. La desventaja de los de Manchester a la hora de seducir a Cuadrado es obvia, no disputarán Champions esta temporada, aunque para contrarrestar ese déficit están dispuestos a poner mucho dinero de por medio. El Barça ve en Cuadrado al Daniel Alves de hace cinco años, por eso está dispuesto a hacer una fuerte inversión que seguramente rondará los 40 millones, similar a la que trajo al brasileño al Camp Nou hace seis temporadas. Entonces se catalogó su precio (36 millones de euros, con variables incluidos) de desproporcionado, pero visto con la perspectiva que da el paso de los años lo cierto es que el esfuerzo valió la pena. Imaginado en el concepto futbolístico de Luis Enrique, Cuadrado sería un lateral derecho que se adueñaría de todo su carril, con mucha llegada ocupando el espacio vacío que dejaría el atacante de su banda, previsiblemente Luis Suárez, que correrá más en diagonal que en línea recta.