Cristiano Ronaldo se agiganta en el Camp Nou
A los 73 minutos del partido entre Barcelona y Real Madrid, Cristiano Ronaldo oteó el horizonte, vio campo abierto y, como tantas otras veces esta temporada, se lanzó en carrera hacia el arco contrario. En instantes, el portugués recibió el balón en el espacio que le había dibujado al alemán Mesut Oezil, esquivó la salida de Víctor Valdés con un golpe de ritmo y depositó suavemente el balón en la red azulgrana. La carrera le llevó, erguido y desafiante, hacia la esquina donde se ubicaban los aficionados del Barsa, y el ídolo del Madrid sacó entonces una nueva celebración de su repertorio, pidiendo con las palmas de las manos horizontales serenidad a los 99.252 fieles azulgrana que lo miraban con resquemor. Cristiano acababa de marcar su 42do gol de la temporada, tercero al hilo en un clásico pero, más importante, el decisivo del choque y, por extensión, del campeonato. Su diana llegó en un momento crucial, justo tres minutos después de que el chileno Alexis Sánchez nivelara el tanto inicial de Sami Kedhira: el Barsa amenazaba con la remontada. El máximo cañonero del campeonato agigantaba así su figura justo cuando su equipo más lo necesitaba, y entraba de pleno en el Olimpo madridista con un gol ante el gran rival. Las actuaciones de Cristiano hasta ahora en sus 12 clásicos previos habían sido ampliamente criticadas, sobre todo por los partidarios del azulgrana Lionel Messi en el debate sobre el mejor jugador del mundo. Mientras el argentino coleccionaba victorias y títulos, el madridista acumulaba sinsabores en los partidos contra el Barsa: cinco goles, siete derrotas, cuatro empates y una sola victoria. Ese triunfo se produjo en la final de la Copa del Rey de la temporada 2010-2011, ganada con el solitario gol del portugués, la última vez que decidió un clásico. Las comparaciones con Messi han marcado su trayectoria en España y, aunque Cristiano se llevó el trofeo Pichichi al máximo goleador la pasada campaña, el delantero necesitaba de una actuación impactante en un partido de altura frente a "La Pulga". El sábado, llegado el momento jugó su partido más completo contra el Barsa, con un trabajo físico importante en la recuperación, constantes desmarques buscando la espalda de la defensa azulgrana, y el gol clave. "Ha sido una exhibición muy grande. Felicito a mis compañeros porque lo merecen todo", declaró después del encuentro. El ayudante de Mourinho, Aitor Karanka, dejó constancia de su importancia en el desenlace: "Nos tiene acostumbrados a grandes momentos, el día de la final de copa nos hizo campeones y no voy a descubrir nada. Sólo repetir lo que dije hace una semana: que es el mejor jugador del mundo". Cristiano aún tuvo la opción de otro gol en un centro del argentino Gonzalo Higuaín al final, pero disparó fuera. Fue, probablemente, su error más dulce, pues el trabajo estaba hecho. Si el Madrid finalmente gana la liga, una de las imágenes memorables será la celebración de Cristiano en el Camp Nou.