Chapecó, o el silencio de una ciudad rota

Pese a las cintas negras que cuelgan de los edificios y estatuas que vertebran la ciudad, nadie quiere creer todavía lo que ocurrió en la lejana Medellín.

Chapecó, o el silencio de una ciudad rota / Getty Images
Afp
30 2016 - 11:42

"Chapecó no es una ciudad grande. Nos encontrábamos con ellos [los jugadores] en la calle, en cualquier lugar. Es difícil levantarse. Ayer ya fue difícil, la ciudad está desangelada", contó a la AFP Aline Fonseca.

Todavía sin entender su desgracia, Chapecó amaneció el miércoles con el silencio del duelo antes de volver esta noche al estadio Arena Condá, a la hora en la que debería empezar un partido que ya no se disputará, el de la final que les robó la tragedia.

Pese a las cintas negras que cuelgan de los edificios y estatuas que vertebran la ciudad, nadie quiere creer todavía lo que ocurrió en la lejana Medellín. Entre las montañas de una noche terrible acabó el sueño del equipo que había roto la rutina de esta austera localidad de casi 200.000 habitantes en el interior de Santa Catarina (sur de Brasil).

"Chapecó no es una ciudad grande. Nos encontrábamos con ellos [los jugadores] en la calle, en cualquier lugar. Es difícil levantarse. Ayer ya fue difícil, la ciudad está desangelada", contó a la AFP Aline Fonseca, una profesora de 21 años en el barrio del estadio.

"No se escucha música alta, no se escucha nada", añadió.

Un dolor contenido en el silencio que apenas rompieron los hinchas en la víspera, durante la caminata que sucedió a la multitudinaria misa en la catedral.

Después de años batallando en las ásperas divisiones inferiores del fútbol brasileño -donde no hay cámaras ni gimnasios y los salarios, cuando llegan, son fruto del equilibrio de las ahogadas directivas-, la joven 'Chape' había conseguido conquistar al fin a su gente convertida en un matagigantes continental.

Con sus cuentas saneadas, el club del interior ya no tenía miedo.

"Vine a dar un poco de mí para fortalecer a las familias que sufren, los amigos, la comunidad chapecoense que sufre por un equipo que representaba a la ciudad, a nuestros corazones", contó Vinicius Bassak, un profesor de gimnasia de 28 años que se había acercado a una iglesia cercana para rezar por los fallecidos.

"Realmente había una pasión mucho mayor de la que nosotros creíamos", valoró.

Chapeco llora la pérdida de sus jugadores / Getty Images

- Sueños rotos -

Hace justo una semana, la luna de miel entre el 'Huracán del oeste' y su ilusionada afición vivió su momento cumbre.

Ante un estadio lleno como nunca, la Cenicienta dio la sorpresa tras ser capaz de mantener su arco a 0 ante al potente San Lorenzo argentino. Fueron 90 minutos de tensión, alegría, angustia y muchos nervios que, al final, explotaron en una euforia desconocida.

La 'Chape', el equipo que nadie esperaba, estaba en la final de la Copa Sudamericana.

Por primera vez en su historia, el 'Huracán' iba a disputar una decisión continental, poco más de un año después de haber jugado su primer partido internacional en 43 años de vida.

Todo Chapecó iba a estar pegado este miércoles a la televisión para ver el cruce de ida ante el Atlético Nacional, mientras muchos preparaban sus camisas verdinegras para viajar a Curitiba la próxima semana.

Ahora, sin embargo, se preparan para recibir a sus muertos.

"Todavía nos cuesta creerlo. Creo que realmente nos daremos cuenta cuando lleguen los fallecidos. Estamos con un dolor muy profundo", expresó el vendedor de periódicos Valdemar Jardine, de 50 años.

A años luz queda ya Curitiba, donde iba a disputarse el partido definitivo, ya que el Arena Condá no cumplía las exigencias de aforo de la Conmebol. Poco les importó entonces a los más fieles del equipo, que respondieron a la llamada del 'Huracán' y ya tenían su viajes a punto.

En la que sería su última rueda de prensa el domingo en Sao Paulo, un ilusionado Caio Junior volvió a pedirle a la hinchada que acudiera a arroparles en esta ciudad a 500 km de Chapecó.

"Pido a los hinchas que se programen, sé que no es tan simple ir a Curitiba, pero sería genial contar con el peso de la hinchada. Es una final internacional, un momento fantástico, el auge del club. No sabemos si tendremos otra oportunidad así. Vale la pena el esfuerzo", animó el técnico en la víspera del viaje a Medellín.

La tragedia ha querido que el esfuerzo más grande para Chapecó sean estos días negros, y los meses que seguirán a la crueldad con la que desparecieron sus esperanzas junto a las 81 personas que fallecieron en la noche brumosa de Medellín.

Por ellos repetirán este miércoles a las 21H45 locales (19H45 GMT) el mismo camino que recorrieron saltando hace una semana.

Solo que ahora es todo negro.

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