Chilavert vincula a tesorero de Conmebol en distribución de coimas
Lo acusa de ser el responsable de ese procedimiento
El exportero paraguayo José Luis Chilavert acusó este viernes al tesorero de Conmebol, Carlos Chávez, expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y preso por una investigación de corrupción, de haber sido responsable de la distribución de coimas en el fútbol sudamericano.
Chávez, en la cárcel desde julio pasado, "era el cerebro de la distribución de los dineros de las coimas y del dinero de la Conmebol", dijo Chilavert, entrevistado por teléfono desde Asunción por el diario boliviano Página Siete.
Según el excapitán paraguayo, "él (Chávez) y (el presidente de la Conmebol, (Juan Angel) Napout tienen que decir dónde fue a parar el dinero que le falta al fútbol. Napout no puede estar ajeno a lo que hacía Chávez, quien era su tesorero".
El 'Chila', que denunció corrupción hace una década junto con el argentino Diego Maradona y los brasileños Romario y Careca, opinó que "el desfalco que hizo Chávez con los dineros del fútbol boliviano es terrible", al igual que en Paraguay. "Es el momento de limpiar el fútbol", señaló.
Aunque no precisó el monto de los desfalcos, que está en investigación judicial en algunas naciones, como Bolivia, Chilavert llamó la atención sobre la administración de los torneos regionales.
"Fíjese lo que se paga hoy de Copa Sudamericana, es ínfimo. Pagan 250 mil dólares por la primera fase, pero la Conmebol factura más de 130 millones anual, y entre Copa Libertadores y Sudamericana no pagan ni 60 millones. ¿El resto, dónde va?. Eso denunciamos siempre", apuntó.
También celebró que la justicia uruguaya haya llamado a declarar a Gorka Villar, director general de la Conmebol.
Gorka "es el hijo de Angel María Villar, presidente de la Federación de España, vicepresidente de FIFA. Mi pregunta es ¿qué hace un español manejando los destinos del fútbol en Sudamérica?. Eso es una afrenta hacia los sudamericanos, es una vergüenza", agregó.
Chávez fue destituido en agosto de la FBF por un congreso extraordinario, que eligió una nueva directiva de la federación boliviana que la Conmebol se niega a reconocer.
El exdirectivo boliviano fue mencionado en las investigaciones del escándalo de la FIFA como receptor de un soborno de 7,5 millones de dólares.
Junto a él la justicia boliviana acusa a otros dirigentes de legitimación de ganancias ilícitas, uso indebido de influencias, beneficios en razón del cargo, delitos tributarios y estafa con la agravante de víctimas múltiples.