Cómo la Bundesliga lideró el regreso del fútbol en Europa
Los 36 clubes de la primera y la segunda división de Alemania estaban unidos y compartían el deseo de volver
"No teníamos otra opción que luchar para volver lo antes posible": la Bundesliga será el sábado la primera gran liga en terminar después de haberse reanudado tras el parón por el nuevo coronavirus, gracias a la unidad y la determinación del fútbol alemán.
Cuando entregue el trofeo de campeón al Bayern Múnich, a puerta cerrada en la 34ª y última jornada, el presidente de la Liga (DFL), Christian Seifert, habrá ganado su valiente apuesta de principios de mayo, cuando decidió ir adelante pese a las dudas existentes.
La DFL tuvo que hacer frente a dos batallas, una la de la seguridad sanitaria y otra la de la opinión pública, poco favorable al principio a esta reanudación.
- La unión hace la fuerza -
Los 36 clubes de la primera y la segunda división de Alemania estaban unidos y compartían el deseo de regresar.
"Hemos tenido el apoyo total desde el principio de los grandes clubes, el Bayern Múnich y el Borussia Dortmund, pero también de los otros clubes", explicó Seifert.
"Eso me situó en una posición muy fuerte cuando hablé con los responsables políticos", admitió.
Los argumentos de la DFL eran claros: "Si hubiéramos acabado la temporada a mediados de marzo, una tercera parte de nuestros 36 clubes estarían en una situación económica desastrosa en un tiempo de seis a ocho semanas", apuntó el patrón de la liga alemana, que habló recientemente en un foro. "Generamos 56.000 empleos, merecía la pena luchar", aseveró.
- Reacción rápida y logística militar -
"Hemos sido muy rápidos", celebró. "Interrumpimos el campeonato el 14 de marzo y en la noche del 15 yo definí en mi casa un plan de trabajo", explica.
"Hemos comenzado a trabajar el 16, haciendo las primeras llamadas para organizar un equipo médico capaz de redactar un protocolo para la reanudación", relató.
A finales de abril, el 'Konzept' sanitario de la Bundesiga (partidos a puerta cerrada, test masivos y confinamiento de los equipos) se hizo público.
"Hemos tenido desde el principio una tolerancia cero en materia de test y de infecciones. Hemos creado una red de laboratorios en toda Alemania, con una logística casi militar, para estar seguros de que nada se nos atravesaba", indicó.
- Temores y reticencias -
Aparecieron dos tipos de opositores a la reanudación, internos y externos.
De manera interna, el protocolo sanitario riguroso permitió convencer a los jugadores más preocupados por su salud y la de sus familias, persuadiéndoles de que estarían seguros en los entrenamientos y en los partidos.
Por otra parte, los argumentos económicos se impusieron pronto ante las reticencias de algunos clubes que hubieran visto con buenos ojos la suspensión definitiva del torneo para evitar un descenso.
En el plano externo, el problema fue más delicado de gestionar, reconoció Seifert: "Nos convertimos en un asunto político. Tuvimos que combatir las fake news que se decían sobre que hacíamos desvíos de test y de medios que necesitaban los médicos, que actuábamos sin consciencia, que jugábamos cuando los niños no tenían derecho a jugar... Ha sido muy difícil superar esas reticencias políticas".
El argumento de los empleos fue decisivo. En Alemania, un país loco por el fútbol, la DFL subrayó además que el regreso de la Bundesliga ayudaría a la moral de la población.
El éxito estuvo también en la disciplina de los jugadores: "Son jóvenes jugadores que están acostumbrados a ser tratados como superestrellas. Decirles durante ocho semanas lo que deben hacer o no hacer" era un reto, reconoce.
"Lo entendieron. Sin ellos no hubiera sido posible", celebró.
- Una pandemia bien gestionada -
Preguntado por las razones del éxito, Seifert cita también el contexto favorable en Alemania, un país menos castigado que otros de su entorno por la pandemia.
"Sinceramente, hemos tenido la gran ventaja del sistema médico y de las infraestructuras alemanas. El gobierno, desde mi punto de vista, ha gestionado muy bien la situación desde el principio", subrayó.
"Me dije que OK, que era una situación difícil, pero que si veíamos las cifras teníamos una buena oportunidad para llegar hasta el final", señaló.