Bayern toma precauciones; Chelsea esconde cartas

Bayern toma precauciones; Chelsea esconde cartas
Ap
18 2012 - 13:58

Bayern Munich y Chelsea plantearon el viernes la final de la Liga de Campeones como una revancha casi personal, por muchas razones. Pero poco o nada dejaron entrever de sus estrategias de cara al partido del sábado. Mientras el técnico alemán Jupp Heynckes apeló a una mezcla entre frialdad y fórmulas para desactivar a jugadores como Didier Drogba, su colega Roberto Di Matteo escondió cualquier pista y dijo que no decidirá la alineación hasta unas horas antes del encuentro. Bayern y Chelsea tienen cuentas pendientes con la Copa de Europa. Los alemanes juegan en casa, en su propio estadio, donde han ganado los siete partidos disputados en la presente Liga de Campeones. En el equipo inglés, todavía escuece la derrota en la definición por penales de la final de Moscú hace cuatro años frente a Manchester United. "Era un sueño llegar a la final en nuestro propio estadio", dijo el capitán del Bayern, Philipp Lahm. "Conocemos el estadio, estamos en casa, tenemos el hambre y las ganas y queremos ganar". "Moscú no fue un trauma, pero nos da más determinación para ganar", afirmó por su parte el mediocampista del Chelsea, Frank Lampard, uno de los nueve miembros de la actual plantilla del Chelsea que disputó aquella final. "Nos ha costado volver. Nadie hubiera pensado hace tres meses que estaríamos aquí". La victoria daría al Bayern su quinta corona continental, después de un sequía europea de 11 años, y vengaría la derrota de hace dos años por 2-0 frente al Inter de Milán en la final de Madrid. Mientras que para el Chelsea sería su primera Copa de Europa y la culminación del sueño del magnate ruso Roman Abramovich de inscribir el nombre del conjunto inglés en la aristocracia del fútbol europeo. Heynckes, que ya ganó el título con Real Madrid en 1998, aseguró que es vital tener la cabeza fría, controlar el ritmo del partido, mantener la portería en cero y encontrar la forma de desactivar la peligrosa ofensiva rival. "Hay que tomar medidas para frenar al rival", explicó Heynckes en rueda de prensa. "Drogba es uno de los mayores goleadores en Inglaterra. Es peligroso y puede marcar en cualquier momento, pero (Fernando) Torres también". Tanto el técnico como Lahm consideraron que el Chelsea jugará más ofensivo que en su serie semifinal contra el Barcelona. Y no descartan que Di Matteo disponga en punta de Drogba y Torres. "Sólo mirando la manera en la que juega el Barcelona y la nuestra, creo que no veremos un Chelsea tan ultradefensivo", explicó Heynckes. "Hablamos de un equipo que empató 2-2 en Barcelona, el mejor equipo del mundo, jugando 60 minutos con un hombre menos". "Ese dato es un aviso", añadió. Además, reconoció que jugar la final en su propio estadio, rebautizado como Fútbol Arena de Munich por la prohibición de la UEFA de usar marcas comerciales —el nombre habitual es Allianz Arena_, les concede una cierta ventaja, de la que es conveniente abstraerse. "No comparto cierta euforia. No somos los favoritos. No hay favoritos y menos ante el Chelsea", señaló el entrenador del conjunto bávaro. "Ser humildes es lo más inteligente". Los alemanes son el cuarto club que disputa la final de la Copa de Europa en su estadio y el primero desde que la UEFA introdujo el actual formato de liguilla previa y eliminatorias en 1992. El Madrid en 1957 y el Inter de Milán en 1965 se alzaron con el torneo jugando en casa. Sólo la Roma tropezó como anfitrión en 1984, perdiendo el título ante el Liverpool. Lampard, sin embargo, se mostró tranquilo por la condición de visitante del Chelsea, aunque reconoció cierta desventaja. "Es un reto para nosotros", admitió. Lo que realmente quita el sueño a Di Matteo no es el estadio, sino las bajas por sanción. Los dos equipos las tienen. Heynckes no podrá alinear a Holger Badstuber, David Alaba y Luiz Gustavo. Pero el Chelsea está quizá más afectado: perdió a sus centrales titulares John Terry y Branislav Ivanovic, y tampoco contará con el mediocampista brasileño Ramires ni con el volante Raúl Meireles. "Los dos equipos tienen bajas importantes, pero tenemos calidad suficiente en la plantilla para suplirlas", afirmó Di Matteo. El ansiado título europeo supondría un éxito prácticamente inesperado para un Chelsea que parecía desahuciado a mitad de temporada, pero que desde la llegada de Di Matteo en marzo en reemplazo de André Villas-Boas ganó la Copa de la FA y se plantó en la final de Munich tras destronar al Barsa. "Ha sido una temporada difícil, con muchas críticas", dijo Drogba. "Nadie esperaba que estuviéramos en la final y vamos a hacer todo lo posible por ganarla".

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