El Barcelona quiere la presa, pero el Madrid es difícil de cazar
Las horas previas del clásico de la liga española entre Real Madrid y Barcelona, programado para la noche del domingo, se viven con calma tensa tanto en el entorno azulgrana como en la capital del país, conscientes ambos bandos de la trascendencia de un partido que no solo puede decidir una liga, sino el final de un ciclo en el caso del club catalán. "El león se levanta pensando que tiene que correr para cazar la gacela y la gacela, que tiene que correr para no ser cazada. A los jugadores les he dicho que, quieras ser león o gacela, lo que hace falta es correr", filosofó hace unos días el técnico madridista, Carlo Ancelotti, refiriéndose a la mentalidad que debía tener su equipo, hoy líder del campeonato con 70 puntos y cuatro de ventaja sobre los azulgranas, de cara al sprint final de la temporada. Aparte del Barsa, el Atlético de Madrid, segundo clasificado con 67 unidades, aguarda un tropiezo del puntero para igualarle en la cima, por lo que el Madrid ansía dar un golpe sobre la mesa que cumpla dos propósitos: apartar de la pelea a los azulgranas y desanimar a los rojiblancos.