¡Así, no vamos a ningún lado!

Dallas/Panamá —subcampeón del último torneo— falló en su meta de alzarse con los primeros tres puntos en una jornada con la que se corrió el telón de un torneo cuya final se jugará el 26 de julio

A duras penas, la escuela colombiana de Panamá apenas logró empatar a uno con la francesa de Haití en la apertura este martes de la XIII Copa Oro, el torneo de naciones de la Confederación Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF), en el Toyota Stadium, de Dallas, Texas.

Con múltiples dificultades, el colombiano Hernán Darío Gómez, director técnico de Panamá, trató de imponer un fútbol de mayor precisión, con abundantes pases cortos, posesión de pelota, control del medio campo y una mezcla de habilidad individual con rapidez y fuerza al ataque. Pero el pulso fracasó ante la estrategia de férrea defensa, velocidad, contragolpe y sorpresa, aunque con desorden, que el francés Marc Collat pretendió implantar como timonel de Haití.

Panamá —subcampeón del último torneo— falló en su meta de alzarse con los primeros tres puntos en una jornada con la que se corrió el telón de un torneo cuya final se jugará el 26 de julio. Estadounidenses y hondureños, los otros integrantes del grupo al que pertenecen haitianos y panameños, juegan a segunda hora en el mismo escenario. Es el platillo fuerte del día inaugural de la Copa, que se disputa desde 1991 y ha sido ganada seis veces por México, cinco por Estados Unidos, que fue campeón en el certamen de 2013, y una por Canadá.

Pese al constante acecho panameño sobre la frágil defensa haitiana, el primer gol de Panamá no se registró hasta el minuto 55. En un error fatal, el defensor lateral Reginald Goreux pifió el balón en los límites del sector central del área grande y lo dejó a expensas del mediocampista Alberto Quintero que, sin titubear, aprovechó el obsequio y remató fuerte, directo y preciso para vencer al arquero Johnny Placide.

El empate llegó al minuto 86, en botines del mediocampista Sony Nord, quien ingresó solo siete minutos antes al terreno de juego y aprovechó una falla de Panamá y encontró desubicada a la defensa panameña para ponerle números definitivos al partido, aunque dejando a ambas escuadras en una posición incómoda en la tabla. Nord desbordó las marcas del sector izquierdo de la defensa panameña y remató contundente para superar a Penedo.

Con un dominio que ejerció desde los minutos iniciales del partido, a Panamá le costó perforar la portería de Placide, convertido en protagonista frecuente del libreto del primer tiempo y en salvador y en una muralla con la que el ataque panameño comandado por Quintero con Blas Pérez, Luis Tejada y Aníbal Godoy se topó, una y otra vez.

La fase inicial terminó empatada a cero, pero con un claro e intenso dominio de Panamá. En esa etapa, el juego brusco obligó al árbitro costarricense Henry Bejarano a mostrar tarjeta amarilla a los haitianos Jean Alcenat y Jean Alexandre y a los panameños Adolfo Machado y Godoy.

Con una escasa arremetida de contragolpe, los haitianos intentaron llevar un esporádico peligro al arco panameño, defendido por Jaime Penedo. Con ocho remates a marco de Panamá, tres de ellos directos, y solo uno de Haití, los equipos se fueron al descanso con un registro de más del 53% de balón en posesión de los panameños.

En el periodo complementario, y con individualidades, Haití intentó asustar a Penedo, pero sin éxito. La fuerte defensa panameña siempre se impuso y controló el juego, para mantener el asedio sobre Placide y lograr la apertura del marcador, para consolidar su mando sobre el terreno.

Sin embargo, Haití respondió y se encontró, de manera repetida, con el sólido valladar panameño hasta que, casi al final, logró romperlo. Las ofensivas se repitieron hacia una y otra portería, pero el empate ya estaba sentenciado con una repartición de puntos. Al final, la escena fue la del colombiano Gómez visiblemente molesto y la del francés Collat alegre con un sorpresivo resultado en su contabilidad.