Fury encara el final de su carrera ante Whyte y 94 mil fanáticos en Wembley
Boxeo
Tyson Fury defenderá el sábado su título CMB de los pesos pesados y su imbatibilidad delante de 94.000 personas en Wembley, un récord en Reino Unido, en el que debería ser el último combate de su carrera, contra su compatriota Dillian Whyte.
Según sus declaraciones, su primer combate en su país desde 2018 será también el último de su carrera.
En caso de éxito, Fury, de 33 años, no buscará al parecer la unificación de títulos de la categoría de pesos pesados, contra el vencedor de la posible revancha entre el ucraniano Oleksandr Usyk, actual poseedor de los cinturones AMB, FIB y OMB, y Anthony Joshua.
Pero las afirmaciones del "Gipsy King", personaje enigmático que atravesó una grave depresión y una dependencia a las drogas después de destronar a Wladimir Klitschko en 2015, se tienen que tomar con pinzas.
"He sido dos veces campeón incontestable, tengo 150 millones en el banco, no tengo que demostrar nada a nadie", declaró el mes pasado, prometiendo que estaría "retirado a tiempo completo después del combate".
Incluso si es el gran favorito de este combate, que podría permitirle aumentar su récord de imbatibilidad a 33 victorias, el británico advierte que su adversario y antiguo compañero de sparring "merece respeto".
"Es un buen luchador", explicó en rueda de prensa el miércoles. "Tiene una buena pegada con gran potencia, ha hecho muchos KO".
- Vínculos con el crimen organizado -
"Me he entrenado tan duro para el combate contra Dillian como contra Deontay Wilder, Wladimir Klitschko o cualquiera de los otros", añadió Fury.
"Veo que las apuestas están a mi favor y me río un poco, porque vienen de personas que no saben nada de boxeo", asestó. "Es boxeo de pesos pesados, cualquiera puede ganar con un solo golpe. Si no estoy en mi mejor forma, este tipo me arrancará la cabeza".
Pero su preparación estuvo marcada por las preguntas sobre sus vínculos con un presunto jefe del crimen organizado, el irlandés Daniel Kinahan.
Fury ya habló de Kinahan, que recientemente ha sido castigado con sanciones financieras mundiales por el gobierno americano, como un "consejero clave".
Kinahan, basado en Dubái, que siempre ha negado cualquier acto reprensible, sería uno de los líderes de un cartel internacional que las autoridades americanas acusan de tráfico de drogas, blanqueo de dinero y violencia.
MTK Global, sociedad de promoción del boxeo fundada por Kinahan, anunció esta semana su cese de actividad.
"¿Esto ha sido una distracción? La verdad es que no", respondió Fury cuando fue preguntado por su relación actual con Kinahan. "Eso no tiene nada que ver conmigo".
- Padre a los 13 años -
Con 34 años, Whyte, que presenta un récord de 28 victorias, 19 de ellas por KO, y dos derrotas, tiene mucho que demostrar, después de haberse sentido injustamente apartado por Fury, que encadenó tres combates entre 2018 y 2019 contra el estadounidense Deontay Wilder, sin haber dejado una oportunidad al reto de Whyte.
Tampoco está contento con el reparto de las ganancias, claramente favorables a Fury (80% frente al 20%) de un montante total de 38 millones de euros (41.2 millones de dólares).
Sus KO recibidos contra Joshua en 2015 y contra el ruso Alexander Povetkin en 2020 mostraron sin embargo sus límites.
Nacido en Jamaica, Whyte se mudó a Reino Unido con su familia a la edad de 12 años, y fue padre por primera vez un año más tarde. También fue herido por bala y apuñalado, luego de haber entrado a formar parte de bandas londinenses de jóvenes.
"Si no fuera boxeador, seguramente estaría muerto o en la cárcel", declaró al The Guardian en 2020. A pesar de ello, el deportista que también practicó kickboxing y MMA, se ve como el hombre que hará caer finalmente a Fury.
"Eso es lo genial en mí, encontraré un medio para sobrevivir, para llegar donde debo llegar", advirtió Whyte.