"No puedo creer que vencí a alguien tan grande y tan fuerte": Manny Pacquiao
El filipino Manny Pacquiao se basó el domingo tanto en su velocidad como en su potencia para dominar al mexicano Antonio Margarito y ganar su octavo título mundial, esta vez en la categoría súper welter. Pacquiao usó la velocidad para compensar por su menor tamaño frente al mexicano y conectó golpes desde el inicio y con frecuencia. Le dejó a su rival la cara ensangrentada por un corte en una mejilla, el ojo derecho cerrado y el izquierdo hinchado. La pelea fue dispareja desde el inicio. El filipino pareció a punto de lograr el nocaut en los últimos asaltos, pero se conformó con una decisión unánime por gran diferencia. En una actuación espectacular frente a más de 41.000 personas en el estadio Cowboys, Pacquiao subrayó su pretensión de ser el mejor púgil del mundo al dominar a un rival más grande pero más lento casi desde la campana inicial. Pacquiao ganó todos los asaltos y convirtió el rostro del mexicano en un boceto sangriento. Los golpes salían con velocidad. Margarito trató de hacer su parte al acosar a Pacquiao por el cuadrilátero, pero cada vez que se acercaba éste le lanzaba una combinación de cuatro o cinco golpes que lo frenaba en el lugar. "No puedo creer que vencí a alguien tan grande y tan fuerte", dijo Pacquiao. "Es difícil. Realmente hice todo lo posible para ganar la pelea". Pacquiao subió de peso una vez más para enfrentar a Margarito, un welter natural con una reputación de rudeza. El mexicano cumplió, aunque sufrió toda la noche frente a un rival más veloz y potente. "De ninguna manera iba a abandonar. Soy mexicano, peleamos hasta el final", dijo Margarito. Pacquiao ganó en las tarjetas por 120-108, 119-109 y 118-110. The Associated Press le dio la victoria por 120-108. "No perdimos ni un asalto", dijo el entrenador del filipino, Freddie Roach. "Ojalá hubieran parado la pelea". Esto casi sucedió, pero Cole dejó que el combate siguiera aunque Margarito seguía recibiendo golpes. El mexicano no tenía ninguna posibilidad y podía ver con un solo ojo, pero quería seguir. "Le dije al juez: "Mira sus ojos, mira los cortes"", dijo Pacquiao. "No quería dañarlo en forma permanente. El boxeo no se trata de eso". Las estadísticas mostraron el dominio absoluto del campeón, que conectó 474 golpes contra 229 de Margarito. Pero la victoria no se basó sólo en la cantidad sino en la potencia de los golpes, que llegaron desde casi todos los ángulos. "Manny es el mejor púgil del mundo", dijo el preparador de Pacquiao Robert Garcia. "Es simplemente demasiado rápido, muy, muy veloz". Pacquiao reconoció, sin embargo, que Margarito le causó algo de daño al promediar la pelea con golpes a la cabeza y al cuerpo. Pero el mexicano no podía conectar más de uno o dos golpes. Hubo una disputa antes de la pelea cuando un miembro del equipo de Pacquiao vio un suplemento dietario en el vestuario de Margarito y exigió que se le hiciera un análisis de sangre de inmediato en busca de sustancias prohibidas. Pero los funcionarios de boxeo de Texas dijeron que no sería necesario. Roach además estuvo en el vestuario para ver cómo vendaban las manos del mexicano, quien no puede pelear en California por un escándalo con vendas en una pelea.