Manny Sanguillén exaltado al Salón de la Fama de los Piratas de Pittsburgh
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Panamá/La organización de los Piratas de Pittsburgh ha exaltado a la leyenda panameña Manny Sanguillén en su Salón de la Fama (Tercera clase), reconociendo su destacada carrera en las Grandes Ligas. Junto a Sanguillén, también fueron exaltados Barry Bonds y Jim Leyland, todos figuras icónicas en la historia de los Piratas de Pittsburgh.
Manny Sanguillén, conocido por su excelente habilidad defensiva como receptor y su sólido rendimiento al bate, jugó gran parte de su carrera con los Piratas de Pittsburgh.
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A lo largo de sus 13 temporadas en las Grandes Ligas, Sanguillén dejó una marca indeleble en el equipo y en el béisbol. Sus estadísticas de por vida reflejan su impacto en el terreno:
- Juegos Jugados (J): 1,448
- Turnos al Bate (TB): 5,062
- Carreras (C): 566
- Hits (H): 1,500
- Bases Totales (BT): 2,014
- Dobles (2B): 205
- Triples (3B): 57
- Jonrones (HR): 65
- Carreras Impulsadas (CI): 585
- Bases por Bolas (BB): 223
- Bases por Bolas Intencionales (BBI): 96
- Ponches (SO): 331
- Bases Robadas (BR): 36
- Atrapados Robando (AR): 38
- Promedio de Bateo (PRO): .296
- Porcentaje de Embasado (OBP): .326
- Slugging (SLG): .398
- OPS: .724
A lo largo de su carrera, Manny Sanguillén fue un jugador consistente y respetado, destacándose especialmente en los años 70 cuando los Piratas de Pittsburgh eran un equipo dominante en la Liga Nacional. Su capacidad para conectar hits y su destreza detrás del plato le valieron un lugar en la élite del béisbol, y su contribución fue crucial en la obtención de varios títulos de división y de la Serie Mundial.
La exaltación de Manny Sanguillén al Salón de la Fama de los Piratas es un merecido reconocimiento a una carrera brillante que no solo lo consolidó como una de las grandes figuras de los Piratas de Pittsburgh, sino también como uno de los mejores jugadores panameños en la historia del béisbol. Este honor celebra su legado y asegura que su nombre será recordado por generaciones de fanáticos del béisbol.
La historia de los Piratas de Pittsburgh es una de las más ricas y emblemáticas en el béisbol de las Grandes Ligas. Fundado en 1887, el equipo es uno de los clubes más antiguos y con una tradición que ha dejado una huella imborrable en el deporte. Originalmente conocidos como los Alleghenys de Pittsburgh, el equipo adoptó el nombre de Piratas en 1891, tras un incidente de "piratería" en el que ficharon a un jugador de otro equipo de manera controvertida.
Los Piratas de Pittsburgh han ganado un total de cinco títulos de la Serie Mundial a lo largo de su historia. Su primer campeonato llegó en 1909, liderados por la leyenda Honus Wagner, considerado uno de los mejores campocortos en la historia del béisbol. Luego, en 1925, los Piratas ganaron su segundo título al derrotar a los Senadores de Washington en una serie de siete juegos.
La década de 1960 fue especialmente destacada para los Piratas de Pittsburgh, con jugadores icónicos como Roberto Clemente, quien se convirtió en el primer jugador latinoamericano en ganar un premio MVP en las Grandes Ligas. Clemente, además de su excepcional talento en el campo, es recordado por su trabajo humanitario y su trágica muerte en 1972 mientras realizaba una misión de ayuda en Nicaragua.
En 1971, los Piratas lograron su cuarto título de la Serie Mundial, nuevamente con Clemente como figura central. Posteriormente, en 1979, los Piratas, apodados "We Are Family" debido a la unidad y camaradería del equipo, ganaron su quinto campeonato, venciendo a los Orioles de Baltimore en siete juegos.
A lo largo de los años, los Piratas de Pittsburgh han tenido periodos de éxito y de dificultades, pero han mantenido una base de fanáticos leal y apasionada. El equipo juega en el PNC Park, uno de los estadios más pintorescos de las Grandes Ligas, que ofrece una impresionante vista del skyline de Pittsburgh.
La rica historia de los Piratas de Pittsburgh es un testimonio de su impacto en el béisbol y su legado como una de las franquicias más importantes de la MLB.