Derek Jeter toca el cielo de los 3 mil imparables
La pelota se escondía en lo profundo de los jardines y el Capitán América levantaba los brazos, señalaba a su destino. Concluía de esta forma su hit número 3,000. Al final los Yankees vencieron 5-4 ante Tampa. Mariano Rivera salvó el partido. Al final Jeter se fue de 5-5 y quedó con marca de 3,003 hits. Rodeado por sus compañeros después que la bola cayó en los gradas del jardín izquierdo, bañado por una lluvia de ovaciones de sus fanáticos, Derek Jeter quedó solo como el primer jugador de los Yanquis de Nueva York que alcanza los 3.000 hits. Y lo consiguió nada menos que con su primer jonrón del año en el Yankee Stadium. Un logro histórico digno de todo un capitán. Con un buen swing de su bate frente al abridor de Tampa Bay, David Price, Jeter entró a una lista exclusiva. Se convirtió apenas en el 28vo jugador de Grandes Ligas que alcanza los 3.000 hits, y el único además de Wade Boggs que lo logra con un vuelacerca. Jeter observó el toletazo mientras abandonaba la caja de bateo y aplaudió con fuerza al pasar la primera base. El inicialista de los Rays, Casey Kotchman, fue el primer jugador en felicitarlo, tocándose la gorra mientras Jeter pasaba la almohadilla. Para entonces, todos los compañeros de Jeter ya estaban festejando en el dugout, levantando los brazos al unísono. Un momento especial para el famoso número 2, que logró su segundo hit del partido y exactamente a las 2 de la tarde del Este de Estados Unidos. La pelota, una de las que fueron especialmente marcadas para la ocasión, desapareció en medio de un grupo de fanáticos unas cuantas filas detrás del muro. Siguiendo su costumbre de mantener la concentración en el partido, Jeter recorrió las bases velozmente. Pero no había forma de que el momento pasara desapercibido. Su buen amigo Jorge Posada recibió a Jeter con un abrazo cuando el torpedero tocó el plato. Mariano Rivera y el resto de los Yanquis estaban esperándolo detrás, incluyendo a todos los relevistas del equipo que salieron del bullpen. Jeter, de 37 años y quien todavía atraviesa una temporada mediocre, saludó varias veces al público y luego apretó el puño y apuntó al palco donde estaban sentados sus padres y su novia, la actriz Minka Kelly. Jeter también rindió tributo a sus oponentes. Apuntó a Price, mientras muchos de los jugadores de los Rays aplaudían su logro, incluso algunos saliendo del dugout para honrarlo. La pelota se escondía en lo profundo de los jardines y el Capitán América levantaba los brazos, señalaba a su destino. Concluía de esta forma su hit número 3,000. Al final los Yankees vencieron 5-4 ante Tampa. Mariano Rivera salvó el partido. Al final Jeter se fue de 5-5 y quedó con marca de 3,003 hits. Rodeado por sus compañeros después que la bola cayó en los gradas del jardín izquierdo, bañado por una lluvia de ovaciones de sus fanáticos, Derek Jeter quedó solo como el primer jugador de los Yanquis de Nueva York que alcanza los 3.000 hits. Y lo consiguió nada menos que con su primer jonrón del año en el Yankee Stadium. Un logro histórico digno de todo un capitán. Con un buen swing de su bate frente al abridor de Tampa Bay, David Price, Jeter entró a una lista exclusiva. Se convirtió apenas en el 28vo jugador de Grandes Ligas que alcanza los 3.000 hits, y el único además de Wade Boggs que lo logra con un vuelacerca. Jeter observó el toletazo mientras abandonaba la caja de bateo y aplaudió con fuerza al pasar la primera base. El inicialista de los Rays, Casey Kotchman, fue el primer jugador en felicitarlo, tocándose la gorra mientras Jeter pasaba la almohadilla. Para entonces, todos los compañeros de Jeter ya estaban festejando en el dugout, levantando los brazos al unísono. Un momento especial para el famoso número 2, que logró su segundo hit del partido y exactamente a las 2 de la tarde del Este de Estados Unidos. La pelota, una de las que fueron especialmente marcadas para la ocasión, desapareció en medio de un grupo de fanáticos unas cuantas filas detrás del muro. Siguiendo su costumbre de mantener la concentración en el partido, Jeter recorrió las bases velozmente. Pero no había forma de que el momento pasara desapercibido. Su buen amigo Jorge Posada recibió a Jeter con un abrazo cuando el torpedero tocó el plato. Mariano Rivera y el resto de los Yanquis estaban esperándolo detrás, incluyendo a todos los relevistas del equipo que salieron del bullpen. Jeter, de 37 años y quien todavía atraviesa una temporada mediocre, saludó varias veces al público y luego apretó el puño y apuntó al palco donde estaban sentados sus padres y su novia, la actriz Minka Kelly. Jeter también rindió tributo a sus oponentes. Apuntó a Price, mientras muchos de los jugadores de los Rays aplaudían su logro, incluso algunos saliendo del dugout para honrarlo.