Daniel Norris, el grandes ligas que vive en un van
Aunque gana mucho dinero, prefiere vivir modestamente
Daniel Norris, un multimillonario jugador de béisbol, que a pesar de ganar una fortuna como jugador de la MLB estadounidense, prefiere vivir una modesta vida en una camioneta.
Es jugador de los Toronto Blue Jays y duerme en una caravana en el parking cerca de unos grandes almacenes y percibe tan solo 736 euros al mes (783,40 dólares) a pesar de que gana cerca de dos millones de euros al año (2.128.800 dólares)
¿Por qué? "Es como el yin y el yang. Puede ser poco convencional, pero me siento bien con mi estilo de vida. En realidad, estoy más cómodo siendo pobre", confesó en un reportaje de la ESPN. Y no le busquen más explicaciones.
Norris asegura que nunca necesitó mucho. Creció en Johnson City (Tennessee) y pasó sus días ayudando en la tienda de bicicletas que su padre había heredado de su abuelo.
Arregló pinchazos, se doctoró en parches para las ruedas y aprendió antes el nombre de las herramientas que el de los estados federados. Nació en una familia de clase media y se comportó como tal. Su infancia la pasó jugando en la calle y haciendo senderismo con sus dos hermanas mayores. Y también, bastante deporte.
En la escuela jugó al fútbol y al baloncesto, pero, sobre todo, destacó en béisbol. De ahí que en 2011 firmara su primer contrato como profesional a razón de casi dos millones de euros por temporada. Aquel día, lo celebró comprándose una camiseta por 12 euros.
Pero antes de llegar a ser multimillonario, ese mismo año, adquirió también por 9.200 euros (9,79 dólares) su casa: una caravana Volskwagen Westfalia 1978.
'Shaggy' -nombre que le ha puesto en honor al personaje de 'Scooby Doo'- lo tiene todo: cama, una cocina portátil para hacer huevos fritos por la mañana temprano y un salón donde pasar el día.
Es su mejor compañera, la que le lleva a los entrenamientos -a 92 kilómetros por hora- y le permite escaparse a hacer senderismo o acercarse a la playa para surfear, su otra pasión.
En su camioneta recita poemas, canta canciones, hace café francés por la noche, lee a Jack Kerouac -su autor de cabecera- y escribe lo que llama 'el diario de pensamientos', donde anota sus reflexiones antes de ir a dormir. Por ejemplo: "¿Dónde se puede ser tan libre como en medio de la nada?".
Con 21 años, este pobre por convicción y multimillonario por casualidad, es un verdadero deportista profesional. "¿Hippie? Sí, un poco", reconoce. Pero no le hablen de drogas o de alcohol, algo que jamás probó.
En el barrio es toda una atracción. Los empleados del Walmart de al lado de su 'casa' lo llaman Van-Man (hombre caravana) sin saber muy bien qué hace allí, mientras se echan unas risas cada vez que lo ven hacer ejercicio con los carros de la compra abandonados.
Pero a él le da igual. No le importa que lo hayan llamado 'surfista indigente', 'vagabundo espiritual' o 'adolescente sin control'.
Texto: Diario Diez (Honduras)