Juana la Virgen
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El juego en que Mariano Rivera comenzó a crear su leyenda
Tenía poco tiempo de haber cambiado de rol
El viernes 17 de mayo de 1996 fue un día que, a la larga, resultó ser importante en la carrera profesional de Mariano Rivera.
En esa fecha, los Yankees de Nueva York recibieron en el Yankee Stadium a los Angelinos de California en un partido de temporada regular.
Rivera, con 26 años de edad en ese momento, había pasado de ser lanzador abridor a formar parte del cuerpo de relevistas del equipo neoyorquino.
Andy Pettitte y Jeff Nelson mantuvieron a los Yankees arriba en la pizarra por tres carreras de ventaja sobre los Angelinos. Ese fue el escenario ideal para que el istmeño subiera al montículo para trabajar en la novena entrada.
Rivera no defraudó, ponchó a Randy Velarde, toleró un imparable del bateador emergente Mike Aldrete y forzó una jugada de doble matanza para culminar el juego que ganaron los Yankees por 8 carreras a 5.
En esa ocasión, el serpentinero de Puerto Caimito reemplazó al cerrador John Wetteland. Lo que nadie imaginó que ese sería tan solo el primero de una cifra récord de que pusieron el nombre de Mariano Rivera en la historia del béisbol de las Grandes Ligas.
