Comienza la 'era Lonzo Ball' en los Lakers
Magic Johnson confía ciegamente en su joven estrella
Su sonrisa patentada esta vez casi no encajaba en el rostro de Magic Johnson. El Presidente de Operaciones de Baloncesto de los Lakers no pudo ocultar su emoción, y por un rato se permitió echar la cautela al viento y disfrutar de un día que podría marcar un antes y un después en el rumbo de la organización.
Que día tremendo es para la Nación Lakers, para la organización de los Lakers, para Rob (Pelinka) y yo, además de la familia Buss, de darle la bienvenida a la nueva cara de los Lakers, un tipo que pienso que nos llevará de vuelta a donde queremos llegar”, dijo Johnson, casi quedándose sin aire.
“Queremos empezar a construir un equipo exitoso, y debes tener un gran líder, y alguien que haga mejores a sus compañeros, alguien que tenga un coeficiente de baloncesto increíble, y alguien que haga que sus compañeros lo sigan, y quieran correr los carriles como James Worthy, Byron Scott y Michael Cooper lo hacían conmigo en el pasado. Sentimos que tenemos a esa persona aquí en Lonzo Ball”.
Tras 24 horas de furia, que incluyeron un viaje privado de madrugada y un sinfín de compromisos televisivos y radiales, Ball arribó al Toyota Sports Center cerca del mediodía de Los Ángeles, listo para hacer realidad el sueño de toda una vida.
“Esto es mucho mejor ahora que es oficial”, reconoció el joven.
Por un lado, Pelinka se apegó a un libreto de ilusión controlada.
“Sabemos que esas cualidades de líder son las que van a llevar a los Lakers a nuestro destino final, que es ganar un campeonato de la NBA”, observó.
Por el otro, Johnson estaba listo para apuntarle los reflectores a este chico de 19 años que viene de maravillar al mundo con la camiseta de UCLA.
“Voy a ponerte un poquito de presión ahora”, le dijo Johnson, con su carisma habitual. “Mira hacia tu derecha, hay algunas camisetas colgando de esa pared. Esperamos que haya una camiseta “Ball” colgando ahí algún día”.
La escena fue surrealista, y la energía del ambiente – palpable en un gimnasio lleno de medios gráficos, miembros del cuerpo técnico, jugadores del plantel y ejecutivos – alcanzó picos altos, un paralelo con las palabras de Pelinka el jueves por la noche acerca del cambio de paradigma que rodea últimamente a la organización.
Ball, sin embargo, ni se despeinó. Ni la idea de jugar para el equipo del que siempre fue hincha, ni la posibilidad de ver su apellido inmortalizado junto al de otras glorias, ni las comparaciones con Jason Kidd lograron desviarle la atención.
El jovencito de Chino Hills mide y ahorra sus palabras.
“Quiero agradecerle a la organización por llamar mi nombre y hacer mi sueño realidad”, dijo. “Estoy feliz de estar en casa, y estos listo para trabajar”.
EXPECTATIVAS COLOSALES
Luego unos 20 minutos de conferencia de prensa, los protagonistas empezaron a dispersarse. Ball se saludó con algunos de sus nuevos compañeros, entre ellos Ivica Zubac, Larry Nance, Jr. y David Nwaba, y la ronda de entrevistas siguió su curso.
A unos metros del podio, Johnson charló un rato más con la prensa escrita, y aclaró por qué Ball genera tanta ilusión – y por qué no tienen miedo a cargar sus hombros de responsabilidades.
“Algo que sé de Rob y de mí es que vamos a cuidar a nuestros jugadores y ponerlos en una situación ganadora”, aseguró. “Estamos comprometidos con eso, y porque yo jugué, entiendo cómo construir en términos de equipos de campeonato, cómo se ve, y si le preguntas a todos nuestros jugadores…les dijimos en lo que tienen que trabajar y ellos han estado trabajando muy fuerte este verano, y estamos muy orgullosos de ellos”.
Johnson no tiene dudas de que Ball está preparado para el reto.