El juicio, en el que Dominique Pelicot fue juzgado junto a 50 coacusados, se erigió en un símbolo de la violencia machista y sexual, en Francia y en el extranjero.
En 2019, Haenel acusó al director de someterla a un "acoso sexual constante" desde los 12 años, incluyendo "besos forzados en el cuello" y tocamientos, a principios de la década de los 2000. El acusado lo niega.
Entre los 49 restantes, Omar D., empleado de limpieza de 36 años, y Jean-Marc L., jubilado de 74 años, fueron acusados de violar a Gisele Pelicot. La fiscalía pidió para ellos 12 y 10 años de cárcel respectivamente.
La fiscalía pidió la semana pasada la pena máxima de 20 años de cárcel para Pelicot, que sostiene que todos los coacusados sabían que la mujer estaba inconsciente.
Ante el tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, el principal acusado, de 71 años, reconoció los hechos y quiere la pena máxima de 20 años de prisión. Y espera no caer solo: "Todos los sabían", dijo ante las negaciones del resto de acusados.
Las acusaciones son reveladas en un documental y un pódcast de la cadena británica BBC, que realizó una investigación sobre el empresario, fallecido el año pasado a los 94 años.
En medio de su interrogatorio, este vendedor y padre de dos hijos se dirigió a la principal víctima para disculparse: "Sé que es demasiado tarde. Nunca quise hacerle daño y, sin embargo, lo hice. Le pido perdón".
Dominique Pelicot está acusado de drogar a su mujer, administrándole medicamentos contra su voluntad para que la violaran decenas de desconocidos entre 2011 y 2020.
El viernes
, Gisèle Pelicot
, la principal víctima, llamó también a través de sus abogados a la "máxima moderación" en las redes sociales, en las que circulan los nombres de todos los acusados.
En el caso de su mujer, los investigadores identificaron 92 violaciones entre 2011, cuando la pareja vivía en la región de París, y 2020, especialmente a partir de 2013, tras mudarse a Mazan.
El marido participaba en las violaciones y las filmaba, animando a sus cómplices con expresiones degradantes. Pero no pedía dinero a cambio , pues su único motivo al parecer era satisfacer sus fantasías.