Israel volvió a bombardear el suburbio sur de Beirut y anunció que golpeó unos 300 objetivos de Hezbolá en 24 horas en Líbano, en una guerra sin cuartel a la cual Estados Unidos instó a poner fin "lo antes posible".

La guerra en la Franja de Gaza se desencadenó por el ataque de combatientes de Hamás en el sur de Israel, que dejó 1.206 muertos, mayoritariamente civiles, según un recuento de AFP basado en datos israelíes.

La muerte de Sinwar se registró durante una ronda de vigilancia rutinaria.

Líder de Hamás, Yahya Sinwar, ha muerto.

Esta polémica se suma a las tensiones de los últimos tiempos entre Netanyahu y Macron.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió que su país continuará "atacando sin piedad a Hezbolá".

Los cascos azules de la ONU permanecerán en sus posiciones en Líbano.

En los últimos días, al menos cinco cascos azules resultaron heridos mientras se producen combates entre el ejército israelí y el movimiento proiraní Hezbolá en el sur de Líbano.

El papa también expresó su preocupación por la situación en Ucrania, tras haberse reunido el viernes con el presidente Volodimir Zelenski en el Vaticano, con quien abordó los difíciles meses que se avecinan por la llegada del invierno boreal.

Tras haber debilitado a Hamás en Gaza, Israel desplazó el grueso de sus operaciones al Líbano, donde afirma que el objetivo es permitir el regreso de unos 60.000 israelíes desplazados por los disparos de proyectiles del grupo islamista.

La Finul denunció esta semana que el ejército israelí disparaba "deliberadamente" contra sus emplazamientos y cinco cascos azules resultaron heridos.

La Finul señaló que el sábado "soldados israelíes bloquearon un movimiento logístico crucial" de los cascos azules cerca de Meis el Jabal y denunció "escandalosas violaciones" a las normas internacionales.

Tanto la guerra en Gaza como el conflicto en Líbano han ido acompañados de una escalada entre Israel e Irán, que lanzó cerca de 200 misiles contra su archienemigo el 1 de octubre. 

Desde hace un año más de 2.100 personas han muerto en Líbano, de las cuales más de 1.200 desde la intensificación de los bombardeos hace tres semanas, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales.

Los incidentes se producen después de que el 23 de septiembre Israel intensificara la campaña militar contra la milicia libanesa Hezbolá, afín a Irán, y una semana después de que iniciara incursiones terrestres en Líbano. 

La decisión es mayormente política y simbólica, pues los intercambios entre ambos países son casi inexistentes.

El ejército israelí reconoció haber disparado en Ras al Naqura, junto a la frontera, y se defendió argumentando que los milicianos de Hezbolá operan cerca de las posiciones de la ONU.

El presidente del Gobierno español, que multiplica las críticas a Israel desde el inicio del conflicto en Gaza hace un año, también reiteró la condena del ejecutivo a los ataques sufridos por la fuerza de la ONU desplegada en Líbano, la Finul.

El grupo se asentó   a Oratorio tras un allanamiento de fiscales y policías  a  su edificio y otros inmuebles suyos a petición de Israel en busca de una niña y para determinar si había casos de maltrato infantil.

El país sudamericano es el último de varios países, entre ellos Colombia, Libia, España y México, en sumarse a este litigio contra Israel, que niega tajantemente las acusaciones.