Su historia ha reavivado el debate sobre el creciente número de desapariciones de mujeres y niñas en Panamá, especialmente en comunidades indígenas.

El abogado de la familia de Dayra Caicedo enfatizó que no se pagó rescate alguno y que la liberación fue resultado del trabajo de las autoridades.

Durante semanas, familiares y amigos de Dayra realizaron vigilias para exigir justicia. La joven estuvo privada de su libertad por más de un mes.

La joven fue dejada en una gasolinera cercana a su residencia, y allí fue recogida por su padre.

La situación sigue siendo tensa, y las autoridades aseguran que no descansarán hasta resolver el caso. Sin embargo, el tiempo corre y la angustia crece en la familia y en la sociedad, que sigue esperando respuestas sobre el destino de Dayra Caicedo.