Quien lo vive, es quien lo goza: Una mirada al Carnaval de Barranquilla

Barranquilla, Colombia/Nos bañamos de sabor, retumbamos de alegría, bailamos sin cesar en las calles de Barranquilla.

La fecha fue ideal para vivir en primera fila uno de los mejores carnavales del mundo, el Carnaval de Barranquilla.

Una ciudad limpia, bonita, fresca y con gente muy hospitalaria, que hace que sea muy fácil sentirse como en casa.

Esta vez para vivir esta aventura mi sede fue el Hotel Marriott de Barranquilla, en Colombia, a solo una hora de Panamá.

En Barranquilla para donde mires huele y se siente el Carnaval, en las calles, restaurantes, hoteles, se inhala y exhala la rumba. 

La ciudad entera se viste de fiesta y se enfoca en 5 días de festejos que empiezan con la coronación de la reina y el rey Momo, así como el despliegue de diferentes desfiles.

El primero es el de la Batalla de las Flores y el último es el llamado entierro de Joselito.

Ya me conocen en mis aventuras me gusta ir mucho más allá y miren en lo que quedé, imagínense que hasta participé en la tradicional y muy famosa Batalla de las Flores. Hablando un poquito de esto, el desfile empezó en el año 1903 para conmemorar el fin de la guerra de los Mil Días. Este 2023 se cumplieron 120 años de esta parada. 

Esto lo aprendí en el Museo del Carnaval, donde se exhiben los vestidos de las soberanas de cada año, además del tipo de carrozas que se muestran en el Carnaval. Una muy buena idea que traigo para mi país. 

Aquí también aprendí que el Carnaval es una fecha en donde no hay clases sociales porque lo disfrutan todos por igual, con energía, entrega y muchísima creatividad, se esmeran en vestirse, salir en comparsa a recorrer la célebre vía 40. 

Hay diversos disfraces que ejemplifican aspectos históricos culturales de la ciudad, desde los tiempos de la conquista y la formación del mestizaje, esa combinación de pieles que dio lugar a su identidad. Sin duda mi favorito es la marimonda, y se le puede ver por todas partes, hasta en el lobby del hotel. 

Su significado es muy interesante pues refleja la historia de un hombre que no tenía dinero para hacerse un disfraz, porque ya les dije ni la falta de pesos colombianos se interpone cuando de celebrar esta fecha se trata. A él se le ocurrió hacerse él mismo una vestimenta con todo lo que encontraba a su paso y eso dio lugar a la máscara con la nariz de cola y orejas de elefante, la corbata y color mucho color. 

La música por supuesto es otro componente muy importante, vea pues cómo no, si es la fuente de poder que incita a mover el esqueleto sin parar sumado al aguardiente que llueve de todos lados, ahí hay que ir con su vasito preparado porque es una tradición compartir este licor. No se asuste que así como le ofrecen aguardiente a dos manos también le regalan todos los trucos para vencer a la resaca. 

En mi visita me tocó formar parte de la comparsa que acompañaba a la Cumbiamba La Guapachosa, un grupo tradicional que baila cumbia. Valeria me contó un poquito de lo que trata esta danza.

En la Batalla de las Flores, cientos de delegaciones muestran sus mejores dotes de baile pero lo más importante comparten su alegría y buena vibra. 

En cualquier esquina se disfruta, de forma tranquila se mezclan las comparsas mientras esperan la salida y desde ahí ya uno va gozando con discoteca móvil y los cumbiamberos. 

El recorrido es como de 4 kilómetros por toda la vía 40 que se pone repleta de espectadores que aguardan en palcos, hasta con sillas plásticas se instalan en la calle desde temprano para ver todo muy cerquita. La parada es encabezada por la reina y rey momo que este año fueron: Sebastián Guzmán y Natalia De Castro.

A diferencia de Panamá este Carnaval tiene una sola reina lo que une más a la gente. A ella la coronaron también el viernes 17 de febrero de 2023 en un espectáculo enorme que incluía conciertos de artistas de talla internacional. 

El estadio Romelio Martínez estaba lleno de personas que disfrutaron de tremendo show, la reina vaya que sabe moverse pues hizo una presentación multicultural en la que bailó desde ballet, cumbia, flamenco hasta samba, nos dejó con la boca abierta pues danzó al menos una hora sin parar. 

Y cómo no mencionarles la comida. Pues hay para todos los gustos. En mi sede pude comer de todo y también comida local porque hasta un bazar carnavalero montaron afuera donde ofrecieron chicharrones, bollos, las tan deliciosas empanaditas colombianas y muchas otras cosas. 

Para aguantar la rumba hay dos secretos: Comer bien y dormir bien, dicen los más experimentados y eso fue lo que hice.

En el restaurante Amira del Hotel Marriott Barranquilla accedí a buenos desayunos muy completos, con comida internacional, con opciones de comida local, así como una amplia oferta de bebidas para mantenerse bien hidratados. 

A la carta también hay para todos los gustos, yo probé múltiples opciones como ensaladas, pizza, caldos, pescados y otros.

Se concentran mucho en atender bien a los huéspedes porque hasta el chef de forma recurrente venía a hablarnos y explicarnos cómo fueron elaborados platillos.

Ahí se mantienen atentos a las necesidades de los comensales, es como ser atendido por la abuela o la mamá con mucho amor y cariño. 

Pero cómo encontré yo la manera de vivir el Carnaval en una experiencia completa, pues siendo socia de Marriott Bonvoy, en esta página cada cierto tiempo se subasta un destino en lo que llaman Marriott Bonvoy Moments, que incluye una atención VIP pero que no se puede comprar con dinero sino con los puntos, que uno va acumulando en cada estadía en hoteles Marriott en todo el mundo, ahí uno puja y repuja para ganarse el paquete. 

Ya lo saben la lección principal de hoy es: Quien lo vive, es quien lo goza.