Radar: minería, impuestos propina y migración sin control
Radar
Ciudad de Panamá, Panamá/Impuestos propina para la mina y el cruel negocio del tránsito de migrantes fueron los temas discutidos este domingo 26 de febrero en Radar.
La negociación (o conversación como le llaman algunos ministros) entre el estado panameño y Minera Panamá sigue estancada. Aún no hay contrato.
Hay dos puntos pendientes fundamentales, el primero es ¿qué pasa si hay que terminar el contrato? ¿es responsable la mina de indemnizar al estado o viceversa?
Y el segundo es de billete. ¿Cuánto van a pagar en impuestos?
“La empresa persiste de que este es un negocio que no debería pagar impuesto sobre la renta o que debería pagarle al estado un impuesto propina”, afirmó Ebrahim Asvat, quien forma parte de las negociaciones/conversaciones en representación del estado. “Y nosotros no estamos dispuestos a aceptar unos impuestos tipo propina”.
La diferencia, amplía el abogado, sería entre pagar aproximadamente un 15% de impuesto sobre la renta o un 5% a 7% aprovechando tratados de doble tributación y otros mecanismos legales para evitar pagar el monto que Panamá espera en impuestos.
Asvat señala que Panamá ni siquiera les está pidiendo lo que cobran otros países mineros de la región y que el estándar podría ser uno internacional aplicado en Latinoamérica.
Por el momento, las operaciones del puerto de Punta Rincón, dónde salía el precioso metal en forma de polvo, tipo talco de cobre, rumbo a otros mercados permanecen paralizadas por orden de la Autoridad Marítima de Panamá.
El argumento oficial es que las pesas usadas para medir el material antes que entre al barco no tienen las certificaciones requeridas.
La minera dice que ya había presentado una certificación cumpliendo con los estándares requeridos. Lo cierto es que, con certificación o no, en los últimos años han salido 128 embarcaciones cargadas con millones de dólares en cobre del puerto con el visto bueno de las autoridades panameñas.
“Después de 128 embarques, ¿por qué me vienes a decir ahora que las pesas? La medida que dan esas pesas a la hora de la verdad es irrelevante. Lo que vale como peso del barco es lo que determina el capitán de puerto”, rebatió Sorel Morales, director ejecutivo de la Cámara Minera de Panamá. “Indudablemente estamos ante una excusa para al final para la operación de la mina”.
La postura del gremio minero es contundente. O se decide una solución de ganar-ganar para ambas partes, o todos perdemos. Sea como sea, hay que llegar a un acuerdo.
"No vamos a llegar a un acuerdo perfecto, es imposible. Ambas partes tienen que sacrificar", acotó Morales.
El negocio de las vidas migrantes
Cada migrante al pasar por Panamá deja unos 400 a 600 dólares, estimó el Defensor del Pueblo Eduardo Leblanc. Considerando que al año pasan unos 200 mil migrantes, estaríamos hablando de unos 80 millones de dólares anuales.
Un negocio redondo si se ve desde ese ángulo. Un negocio cruel también, en el que niñas se deben cortar el pelo como varones para evitar ser violadas, mujeres dan a luz en medio de la selva, hombres mueren de malaria y 41 personas mueren en un bus mientras los llevan a un centro migratorio. Un bus por el que tuvieron que pagar 40 dólares, un bus que rebasaba su capacidad.
El Defensor del Pueblo aporta más detalles. Habla de un acuerdo verbal con transportistas, mediante el cuál el 80% de los pasajeros pasaban y 20% iba gratis. Quizás por eso en el bus que murieron 41 personas muchas iban sentadas en el pasillo del bus, sin derecho a su propio asiento.
“Nosotros hemos acompañado a las familias, seguimos acompañándolas, y no vamos a dejar a nadie que quede sin una respuesta”, afirmó Leblanc refiriéndose a las víctimas del accidente.
Al preguntarle quién se hace responsable de los derechos de los migrantes, de que no violen a las niñas, de que los que no tienen 40 dólares también sean protegidos, el ombudsman respondió: “Los tiempos han cambiado. El migrante sabe a lo que se va a enfrentar”. Habló de redes sociales, de Tik Tok y de kits migratorios que regala Colombia. Pero al final, la pregunta quedó en el aire.
Este sábado, otro bus lleno de migrantes se incendió rumbo a la estación de recepción migratoria. Esta vez no hubo muertos. Pero el vía crucis migratorio continúa.